
El Ministerio de Cultura y Patrimonio continúa en el proceso del traslado técnico de los fondos y colecciones de la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo, a su nueva casa, desde la que prestará un servicio más amplio a toda la ciudadanía.
Tras un acuerdo alcanzado con el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito se entregó en comodato el edificio del antiguo Hospital Eugenio Espejo para que se convierta en la sede de la Biblioteca Nacional.
El nuevo edificio reveló las mejores condiciones para la custodia y operación de la Biblioteca e inmediatamente se inició el traslado de los bienes a la nueva casa. Se debió poner énfasis en el cuidado de los factores que pueden deteriorar los bienes documentales, muchos con un enorme valor histórico, sobre todo los 8 incunables (nombre con el que se designan a los libros impresos entre la invención de la imprenta y los comienzos del siglo XVI).
Los más de 1´200.000 bienes siguen en proceso de traslado, en una acción que ha tenido que enfrentar diversas dificultales surgidas en especial por la pandemia.
Vale recordar que en 2016 se llevó a cabo en Quito la Conferencia sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat III. Se utilizaron los espacios donde estaba la Biblioteca Nacional y los libros debieron ser embodegados. Solo pudo reiniciar la atención dos años después, porque se debieron readaptar espacios que habían sido modificados por los organizadores del Hábitat III. Hubo anteriormente problemas de conexiones eléctricas, hidrosanitarias y de conectividad. Se mantuvo la atención virtual y una presencial limitada.
En el último trimestre de 2018 se restringió el acceso debido a que se inició el inventario de los bienes bibliográficos, hemerográficos y documentales, gracias a un esfuerzo del Ministerio de Cultura y Patrimonio, previamente al traslado. En 2019 no se realizaron procesos de conservación preventiva ni restauración, inclusive hubo incidentes (un ingreso de agua al subsuelo y los acontecimientos de octubre) que afectaron a los bienes bibliográficos y hemerográficos, los que no recibieron atención inmediata sino hasta que pudieron ingresar los funcionarios de la Biblioteca Nacional y equipos especializados.
Finalmente, la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo está en el mejor lugar y está administrada por un equipo técnico altamente capacitado que garantizará tanto la preservación de los bienes con valor histórico como una renovada atención al público.
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