Historia de Cátedra Abierta de Filosofía
Hace ocho años , anota Sebastián Endara, surgió un espacio autogestionado por estudiantes de filosofía de la Universidad de Cuenca llamado Café Filosófico. Este espacio fue creado como respuesta a la necesidad de difundir el debate filosófico más allá de las aulas universitarias que mostraban cierto desapego a la realidad, para incluir una diversidad de públicos que no necesariamente tenían formación filosófica, pero que eran capaces de generar, en su interacción y diálogo, elementos suficientes para una comprensión libre y abierta de temas filosóficos, que normalmente yacen en la cotidianidad y tienen nexos con la ética, las ciencias, la lógica, las ciencias humanas, la política, la estética, etc.
“Este espacio, agrega, creció poco pero de manera decidida a pesar de no haber tenido los apoyos necesarios, hasta que en el 2012 decide convertirse en CÁTEDRA ABIERTA DE FILOSOFÍA, con el apoyo desinteresado de una cantidad de amigos del pensar, entre los que cabe destacar a la Alianza Francesa. No así de las instituciones culturales públicas, que no estuvieron atentas a este tipo de manifestaciones ciudadanas, espacios donde se construye efectivamente la ciudadanía, y no esas efímeras plataformas clientelares dispuestas a obtener favores electorales, fenómeno típico en nuestras democracias inmaduras y excluyentes”.
Para Sebastián Endara, “la cultura, la educación política, la formación del pensamiento de la sociedad en cuanto ciudadanía, debería ser una línea transversal de los gobiernos en todos sus niveles, y más aún en aquellas ciudades que ostentan pomposos títulos, a veces sin merecerlos, como Patrimonio Cultural de la Humanidad, o del Estado. Por ejemplo en Cuenca, denominada Atenas del Ecuador ‘por su majestuosa arquitectura, su diversidad cultural, su aporte a las artes, ciencias y letras ecuatorianas y por ser el lugar de nacimiento de muchos personajes ilustres de la sociedad ecuatoriana’, ¿qué se está haciendo para fomentar el pensamiento ciudadano, para pensar los procesos que encierra la ciudad como espacio de organización de la vida? Hay un vacío, una deuda muy grande que debe ser atendida, más allá de los gobiernos de turno, como eje de acción permanente. Nadie duda de que Cuenca sea una de las ciudades más hermosas del país y precisamente por eso es que requiere que se destierren los conformismos y se mantenga latente el espíritu de la ciudad, y eso se hace con serias inversiones en cultura, en la cultura viva”.
Es que el mayor compromiso de un gobierno debe estar con su gente, por eso se debieran multiplicar experiencias como las de la Cátedra Abierta de Filosofía, concluye Sebastián Endara.
Fuente: El Mercurio