Por: Gerardo Cilveti.
A los costados de la puerta principal de algunos edificios públicos, mausoleos y ministerios, suelen encontrarse esculturas de leones. Tienen el significado de guardias, de autoridad, de dignidad, de carácter. En otros, en ciertas universidades, bibliotecas y academias de arte, también se descubren en la puerta cuatro esculturas con figuras de leones. Las primeras dos antes de entrar son de leones dormidos y las otras dos, las que están más cerca de la puerta, representan otros que están despiertos.
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Encarnan el concepto de genio. Simbolizan la idea de que por el estudio, si se franquea esa puerta, se despertará al genio interior, ese poder que llevamos dentro y que todos tenemos la posibilidad de despertar; el gigante dormido, tal como le decían en los estudios esotéricos a esa capacidad que puede desarrollar el ser humano para producir obras de arte o inventar cosas.
El genio es la actividad productora de la imaginación, por la que el artista representa una obra sensible, y la vuelve su creación personal. Esa facultad y esa energía emanan de la capacidad del artista; son esencialmente subjetivas. El arte es una imitación de la naturaleza. El artista debe revestir sus concepciones de una forma individual y para eso trabaja en cada rama del arte con ciertas reglas propias. A esa capacidad particular se la llama talento. Hay quien tiene un talento por el cual sobresale tocando cierto instrumento musical; otro ha nacido para el canto, otro para dibujar, etc. Sin embargo, el talento encerrado en tan estrecha especialidad no puede producir más que buenos resultados en la ejecución. Para ser perfecto exige la capacidad para el arte y la inspiración que sólo el genio puede dar. El talento sin el genio no va más allá de la habilidad.
Por supuesto que los artistas genios tienen una concepción clara sobre la idea. Para que esa idea sea comprendida ejercen control sobre su forma de ejecución, dominio sobre los materiales, administran el espacio y el tiempo correctamente, hacen las cosas bien en todos sus aspectos. No dejan nada al azar ni dan “puntada sin hilo”. Control, control y más control para que no se desvíe hacia ningún lado el proyecto y de esa manera poder transmitir más fielmente su creación al resto del mundo.
Aquel cuento árabe de “Las mil y una noches” que trataba de Aladino y la lámpara maravillosa nos enseña que los poderes que tienen los seres humanos se logran mediante el esfuerzo personal buscando en su interior. El cuento de Aladino es un cuento mágico. Nos relata que un joven es convencido por un mago que se hace pasar por su tío, para ir adentro de una cueva a buscar una lámpara maravillosa que se encuentra allí escondida. Como Aladino no consigue entregar la lámpara al mago antes de salir de la cueva, éste se enfurece y lo deja allí para que se muera. En su desgracia, Aladino llora y se retuerce las manos, con lo que consigue liberar al genio encerrado en un anillo que el mago le había dejado. El genio, a su vez, libera a Aladino, quien pronto descubre que, la lámpara, si es frotada, como por angustia ocurrió con el anillo, también convoca genios poderosos dispuestos a concederle cualquier deseo.
Este cuento nos recuerda que así como Aladino tenemos que investigar adentro nuestro, aquella cueva lo representa bien, y no sólo encontrar la lámpara maravillosa sino también frotarla en el momento que necesitamos recurrir al genio. Él nos proveerá de elementos con los que podremos representar una visión auténtica y personal de la realidad.
Paco Godoy en su música, abarca varios estilos. Sus composiciones, tanto clásicas como populares, para Banda, Orquesta, Cuarteto de cuerdas o para Piano, son muy sensibles y profundas.
Este libro que lo está dando a conocer EcuadorUniversitario.Com ofrece además de las partituras, de una manera inusual y muy generosa, también las partes individuales, con lo cual queda demostrada la intención altruista del compositor, para que los músicos no pierdan tiempo en copiarlas y sólo tengan que dedicarse a interpretarlas.
Para determinar la genialidad que hay en Paco Godoy, ya tenemos su música, ya está en el atril y sólo nos queda disfrutarla.