
Por: Rubén Darío Buitrón
Ecuador
.
Ya no esperes más, por favor, ya no esperes más. Ven a derrumbar de una vez y para siempre todos los silencios.
Ámame de una vez este mediodía bajo las rocas bellas y luminosas del río desnudo,
desvísteme las oscuridades que llevo como trapos sobre mi cuerpo enrarecido,
báilame de pie y levántame de una vez de mi vida escéptica e inmóvil,
dime que me deseas sobre la superficie irregular de algún planeta ignorado por los telescopios,
ubícame en tus oquedades y déjame allí hasta que la muerte nos separe,
dánzame, grítame, ralentiza tus humedades hasta el clamor y la desesperación,
coloca entre nosotros los puntos suspensivos de nuestros secretos,
acaba conmigo cuando decidas que ya no es posible dar más vueltas al destino,
báñame despacio con el agua de tus fluidos y tus sequías imperativas,
ya no esperes más, por favor, ya no esperes más, llévame a la superficie del sol e incendia mi sufrir.