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La nueva tendencia dinámica y la llamada Escuela Soviética

Por: Wilson Zapata Bustamante / Maestro Nacional

Reti reconoció el nacimiento de un nuevo concepto en el pensar ajedrecístico, señalando que en tanto que los viejos maestros solían buscar la mejor jugada en una posición. Alekhine, en lugar de eso, buscaba el plan más profundo y de mayor alcance, la tendencia dinámica más bien que el estático amontonamiento de fuerzas. Reti no podía saber entonces que la nueva tendencia dinámica iba a desarrollarse en las tres décadas siguientes de tal modo como para eclipsar las “ideas modernas” de su tiempo y constituir una vital y nueva corriente de pensamiento ajedrecístico.

Reti / Alekhine

Alekhine colocó este nuevo dinamismo sobre una base estratégica que integraba las ideas clásicas y las hipermodernas. R. N.Coles, en su libro Dinamic Chess: The Modern Style of Aggresive Play, Dover, Nueva York, 1966, atribuye a Breyer el nacimiento de la idea dinámica remontándose nada menos que a 1913. Breyer buscaba posiciones complejas y asimétricas llenas de “energía maligna y latente”, como decía Tartakower. Iconoclasta, escandalizó a los clasicisistas con la siguiente defensa: 1. e4, Cc6; 2. Cc3, Cf6!? Así fue llamado un hipermoderno, pero su estilo era distinto del estilo de otros de esa escuela. Breyer estaba quizá demasiado por delante de su tiempo. A su prematura muerte en 1921, Reti escribió: “Un nuevo Steinitz nos fue arrebatado demasiado pronto”.

La mayor parte del trabajo sobre los nuevos conceptos dinámicos casi se desarrollaron, por así decirlo, detrás de un velo de misterio. Porque se hizo no en Europa, que todavía se consideraba la palestra de las ideas ajedrecísticas, sino en el corazón de la Madre Rusia. Allí se tomó una decisión trascendental para el futuro del ajedrez mundial por el Estado Soviético: “Llevad el ajedrez a los trabajadores.” El apoyo del gobierno hizo por primera vez del ajedrez una profesión viable. Sin llamar mucho la atención en occidente, el coloso del ajedrez soviético se estaba formando. Sus administradores hicieron posible un ambiente de seguridad económica, tutela sistemática, entrenamiento y criticismo colectivo e individual. La popularidad masiva del ajedrez como deporte requería la presencia de una elite a la que el pueblo pudiese mirar, y la “cultura socialista” requería dominio sobre el mundo burgués tanto en ajedrez como en otros campos. Antes de la segunda guerra mundial, los soviéticos no tomaron parte en competencias olímpicas y no se arriesgaron a enviar ningún jugador al extranjero excepto a su campeón Botvinnik. Después de la guerra, el poder del ajedrez soviético emergió realmente, y el mundo del ajedrez se quedó atónito al encontrar que su capital se había trasladado a Moscú.

Pero el éxito del ajedrez en Rusia tiene que ver con algo más que con el apoyo del Estado. El ajedrez se jugaba allí en tiempos peores. En una sociedad caracterizada por un fuerte autoritarismo desde los viejos zares a los nuevos primeros ministros, un juego dedicado a destruir al rey tiene una profunda llamada inconsciente.

Las autoridades que han proclamado y definido la “escuela soviética”, principalmente Botvinnik y Kotov, han señalado estas cualidades: una tendencia científica y crítica, búsqueda incansable de lo nuevo, una lucha contra las concepciones y el dogmatismo escolásticos, porque este último ahoga el espíritu de innovación.

Botvinnik / Kotov

A partir de 1948, y a raíz de la muerte del vigente campeón, Alexander Alekhine, la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez), se encargó de organizar el campeonato del mundo. Para la edición de 1948, se organizó un torneo en La Haya y en Moscú entre los mejores jugadores del momento: Mijaíl Botvínnik, Vasili Smyslov, Paul Keres, Max Euwe y Samuel Reshevsky, de los que el nombrado en primer término salió vencedor.

La siguiente época fue absolutamente dominada por la denominada escuela soviética, y con la excepción de la victoria de Bobby Fischer sobre Boris Spassky en 1972, los siguientes cincuenta años vieron exclusivamente campeones formados en dicha escuela, incluso años después de la desintegración de la U.R.S.S.

Luego de que Bobby Fischer se negará a jugar, llegó una época de dominio de los ajedrecistas de la Unión Soviética, con Anatoli Kárpov en los años 70 y Garry Kaspárov en los 80 y 90, que mantendrían interesantes duelos por el título de campeón mundial.

Bobby Fischer / Garri Kaspárov

En 1993 se produce un cisma en el mundo del ajedrez, cuando Kaspárov se enfrentó a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), formando su propia asociación de jugadores y organizando un campeonato del mundo paralelo.

La rivalidad que existía entre Garri Kaspárov y Anatoli Kárpov (llegando a considerarse cuestión de estado en la URSS) se coló en la FIDE, que no siempre tuvo un comportamiento tan neutral como hubiera sido deseable. Desde que destronó a Kárpov, Kaspárov mantuvo una posición muy crítica con la FIDE y con algunos de sus miembros, como Florencio Campomanes, en particular. En 1993, Kaspárov se apartó de la FIDE y organizó un campeonato del mundo paralelo bajo los auspicios de la recién creada PCA (Asociación de Ajedrecistas Profesionales) mientras que la FIDE llevaba a cabo su propia versión.

Años más tarde se unificó el título mundial y Kasparov demostró ser el mejor y ganó definitivamente el título de Campeón del Mundo. Hoy , es considerado el mejor jugador de todos los tiempos.

Con la caída del Muro de Berlín y los cambios políticos que llegaron a la Unión Soviética, sus mejores jugadores salieron y se radicaron en varios países de Europa  y  en Estados Unidos. Kasparov  renunció a la práctica activa del juego ciencia para dedicarse a la política.

En esta panorámica que he venido presentando para que los aficionados tengan una verdadera cultura  ajedrecística, en los próximos días  conoceremos los aportes que  hicieron  al mundo del ajedrez,  los talentosos Fischer, Karpov y Kasparov.

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