EcuadorUniversitario.Com

La publicación de artículos: el desafío del docente universitario

reupde-01-eu

“El docente universitario es la columna vertebral de la academia. Con el paso de los años su rol se ha reinventado. Ahora el profesor escribe y edita para vivir, porque sin la publicación, la ciencia está muerta”. GERARD PIEL.

El Magister Jeovanny Benavides Bailón inició con esta cita tomada de La mirada de un editor a una problemática emergente, su exposición que la tituló: “La publicación de artículos: el desafío del docente universitario ecuatoriano en la segunda década del siglo XXI”, y que la expuso en el II Seminario Internacional de Editoriales Universitarias, que se desarrolló el 24 y 25 de enero del 2013, en la ciudad de Manta, en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, organizado por la Asociación de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador (REUPDE), que preside el licenciado Ubaldo Gil Flores, Director de la Editorial Mar Abierto de la ULEAM.

Dijo el Magíster Jeovanny Benavides Bailón:

“El martes 12 de octubre del 2010 pasará a la historia como el día en que la universidad ecuatoriana tuvo un antes y un después. Aquella fecha ingresó al Registro Oficial la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES). Ahí, entre sus principales cambios podía apreciarse cómo se busca fortalecer el rol del Estado en la definición de las políticas públicas en materia de educación superior y la forma en que empezaba a ser entendida como un bien público social y como un derecho. Lejos de las objeciones, polémicas, muestras de admiración o rechazo que produjo la aprobación de la LOES, en el centro del debate, quizá mirando por el ojo de la perilla de una puerta, estaban miles de docentes universitarios, que leían y releían el artículo 150 del mencionado cuerpo legal, que los “motivaba” a publicar obras de relevancia como requisito indispensable para ser profesor o profesora titular principal de una universidad o escuela politécnica pública o particular del Sistema de Educación Superior del país.

Fiebre por publicar

Desde entonces hay una fiebre por publicar, establecer contactos, cumplir con el requisito para no salir del sistema y seguir manteniendo el puesto. Así, está claro que la universidad, lugar donde el profesor universitario desarrolla su trabajo, está en uno de los mayores momentos de transformación de su historia.

En el Ecuador, un país en que sus docentes no tenían la cultura de escribir artículos o aquellas ideas novedosas que solo se debatían en tertulias y reuniones tras reuniones, aquello fue visto como una imposición y provocó que muchos rechazaran la medida, protestaran, exhibieran abiertamente sus quejas en la prensa, organizaran congresos y conferencias sobre lo inoportuno de la ley, pero al final el Gobierno a través de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología e Innovación (Senescyt) se mantuvo incólume. ¡La LOES prosperó!

Estos profundos cambios por la calidad y la internacionalización que está viviendo la universidad, conllevan alteraciones en las funciones, roles y tareas asignadas al profesor, exigiéndole a éste el desarrollo de nuevas competencias para desarrollar adecuadamente sus funciones profesionales.

Parámetros y fechas topes

A esto se sumó algo más. Como si no fuera suficiente se establecieron parámetros y fechas topes, límites para cumplir con lo estipulado. La aprobación del Reglamento de Carrera y Escalafón del Profesor e Investigador del Sistema de Educación Superior, el 31 de octubre del año anterior vino a consolidar lo que ya se había dicho. Ahí en su artículo 20 se establecía como requisito del personal académico titular principal de las universidades y escuelas politécnicas, básicamente lo siguiente:

Tener doctorado, al menos cuatro años de experiencia como personal académico, haber creado o publicado 12 obras relevantes o artículos indexados en los últimos cinco años, haber obtenido como mínimo el 75% en la evaluación de desempeño. Y todo ello, según la ley, hasta el 2017.

¿Cómo hace alguien no habituado a escribir a poner en orden sus ideas, sentarse en un computador, con la terrible hoja en blanco delante? En el medio no hubo una preparación y se empezaron a suponer muchas cosas.

Leer y escribir van de la mano

El escritor Victoriano Garza en su libro “Publica o perece”, cuyo esclarecedor título encuadra su idea desde el comienzo, señala aspectos de interés con inefable ironía. Cito: “La mayoría de los docentes universitarios cree que saber escribir es igual a poder hacerlo cuando lo necesite; como si cualquiera que esté alfabetizado fuese un autor en potencia presto a liberar su fuerza creativa en cuanto tome pluma y papel. Luego, cuando surge la verdadera necesidad de escribir un artículo o una conferencia o un ensayo sencillo no sabe por dónde empezar, y cuando comienza no entiende cómo ni a dónde seguir ni cómo hilvanar las ideas y expresarlas de forma que otros capten su mensaje”.

La realidad es que cuando no hay quién sea una guía ni queda salida alguna, el aprendizaje se produce por tanteo, dándose uno de golpes contra la pared, mandando escritos a las revistas y recibiendo cartas de rechazo, hasta que la experiencia que se adquiere en este ensayar y errar lo habilita poco a poco a uno para redactar mejores textos, al menos para componer artículos que tengan mayores probabilidades de ser revisados y aceptados, pero hasta ahí.

Lectura y escritura no son fenómenos diferentes

De acuerdo con los estudios de Larry Yore uno de los grandes mitos es el pensar que lectura y escritura son fenómenos diferentes y totalmente separados. Es absurdo creer esto, sobre todo si quien lo piensa es un profesor universitario que debe estar actualizado en el tema que enseña, tomar notas al respecto, analizarlas, discutirlas, desconstruirlas y reconstruirlas, y poner el ejemplo. La información entra por la lectura y fecunda las mentes que generarán nuevos conocimientos. Leer y escribir van de la mano, y si uno tropieza el otro cae.

Lamentablemente, la experiencia en lo que se refiere a publicaciones no se improvisa. La prolijidad, paciencia, tino y estructura coherente de un artículo son cuestiones que se ganan con paciencia, pero aparte con la práctica. De la noche a la mañana, cientos de docentes universitarios del Ecuador empezaron a tratar de bosquejar sus ideas. A medio camino algunas abortaron, otras prosperaron, mientras que cientos de profesores con experiencia prefirieron dar un paso al costado y optaron por jubilarse y no pasar por esta experiencia que empezaba a darles más de un dolor de cabeza.

Publicación de artículos en revistas indexadas

Como en el escalafón se mencionaba la publicación de 12 obras relevantes y nadie explicaba qué se quería decir con ello, lo “relevante” comenzó a darle paso a la publicación de artículos. Como no podía ser en otro medio que en revistas indexadas, éstas se difundieron muy rápido. Como todos conocemos, las revistas indexadas son publicaciones periódicas de investigación con alto nivel de calidad y que han sido listadas en alguna base de datos de consulta mundial.

Oficialmente el Ecuador aparece con una institución asociada a Latindex, que es una base de datos para revistas de divulgación científica y cultural, editadas en los países de Iberoamérica. Surgió en 1995 como iniciativa de la Universidad Nacional Autónoma de México”.

En el Ecuador muchas cosas empezaban a cambiar, pero a cuentagotas. Algunas de ellas tienen muchísima relación con la cultura de leer, escribir y publicar: proceso perfecto. Los lugares de difusión también se proliferaban. Sólo en Latindex se cuentan 60 revistas editadas por universidades del Ecuador. Un considerable progreso si se considera que Colombia suma 415 publicaciones y Argentina está próxima a indexar las 500. Ya son avances significativos, destaca el Magíster Jeovanny Benavides Bailón.

Salir de la versión móvil