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Libro: Artrología

Este libro es un tratado riguroso encaminado “a probar la concepción de la lengua como una opinión social sobre el mundo, cuya función es otorgar significado a la realidad cultural de cada pueblo mediante un doble proceso: segmentación y articulación; el procedimiento arranca de la interpretación del origen del mundo y atraviesa por las diversas manifestaciones culturales de la realidad, con singular referencia a las lenguas originarias de América y del Ecuador. El estudio ofrece un corpus y unos lineamientos significativos en la conformación de la Artrología como la nueva ciencia vislumbrada por Barthes en el ámbito de la investigación lingüística.”

Marco Tello Espinoza

En la introducción del libro se señala que resulta obvio afirmar que la lengua es el principal medio humano de comunicación; pero a esta certeza habría que preguntar: ¿comunicar qué? La respuesta, también evidente, podría ser: comunicamos contenidos. Esto también es evidente; sin embargo si nos preguntamos por el origen de esos contenidos, las cosas ya no son tan claras ni sencillas. Hjelmslev planteó en sus PROLEGÓMENOS la existencia de una doble dicotomía en la lengua. Por un lado existe la expresión; y por el otro, el contenido. Dentro de cada uno de estos elementos podemos hallar una nueva oposición: la forma y la sustancia. Es decir hay una forma del contenido y una sustancia del mismo.

Cada lengua establece sus propios límites dentro de la ´masa de pensamiento´ amorfa, destaca diversos factores de la misma en diversas ordenaciones, coloca el centro de gravedad en lugares diferentes y les concede diferente grado de énfasis. Reconocemos por tanto en el contenido lingüístico, en su proceso, una forma específica, la forma del contenido, que es independiente del sentido y mantiene una relación arbitraria con el mismo. (Hjelmslev; 1974; 79).

La sustancia del contenido puede ser definida como la totalidad del mundo, lo natural y lo cultural, lo real y lo irreal; concebida esta totalidad como una masa amorfa, un continuum donde ninguna división es perceptible.

“Nosotros usamos signos como expresiones para expresar un contenido, y este contenido es recortado y organizado de formas diferentes según culturas y ( y lenguas)diferentes. ¿En qué y de qué se le recorta? De una masa amorfa, antes de que el lenguaje haya llevado a cabo sus vivisecciones, que llamaremos el continuum del contenido, todo lo experimentable, lo decible, lo pensable. Si lo desean, el horizonte infinito de lo que es , ha sido y será , tanto por necesidad o por contingencia. Parecería que, antes que una cultura lo haya organizado lingüísticamente en forma del contenido, este continuum es todo y nada, escapa, pues, a cualquier determinación”. (Eco; 1999; 63).

El continuum no es parte de la lengua, conforma el mundo; pero no la lengua. La única manera de volver congnoscible algo es sementarlo, articularlo, volverlo discreto, y precisamente esta es la función que tiene la lengua.

Habíamos iniciado esta exposición con la opinión generalizada de que la lengua es un sistema de comunicación y que este era su principal y decisivo papel. A la luz de lo expuesto planteamos que la primera y más importante función de la lengua es la segmentación y la articulación del mundo.

Imaginemos una playa –la sustancia del contenido-, sobre ella podemos proyectar la sombra de una red de pescador. Naturalmente la sustancia adquirirá una forma, según sean las mallas de la red. Cada lengua es una malla diferente. Habrá pueblos que “usen” mallas de formas distintas; otros pueblos que, en cambio, tendrán redes de tamaños diferentes. De este modo una misma realidad será segmentada y articulada de maneras diferentes, según las propias necesidades cognoscitivas y sociales.

Un ejemplo podría aclarar mucho más el asunto: es el caso del espectro cromático (visible para cualquier pueblo en el arco iris). Se trata de una franja continua que va desde el ultravioleta hasta lo que se conoce como el infrarrojo. Sobre ese continuum opera la lengua estableciendo la segmentación y la articulación que necesita. Hay culturas –y lenguas, obviamente- que segmentan de una forma; y otras, de otra. Unas establecen más divisiones; y otras, menos. Gleason (1975;11) presenta el siguiente cuadro que compara la forma de articulación de tres lenguas diferentes…

Recomendamos leer este libro del Dr. Oswaldo Encalada Vásquez, editado por la Universidad del Azuay en colaboración con el Consejo Nacional de Educación Superior que lo presidió el Dr. Gustavo Vega Delgado, un intelectual de primera línea que impulsó todas las manifestaciones culturales y artísticas.

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