Hay requerimientos que no podemos eludir en la formación de un universitario. Si no se enseñan las matemáticas ligadas a la lógica, la lengua ligada a la literatura, la historia ligada a las teorías y métodos de sistemas y de estructuras, la ciencia vinculada a las teorías y a los métodos experimentales y para experimentales, entonces no se está enseñando cómo aprender a aprender, señala Pablo González Casanova en su libro “La universidad necesaria en el siglo XXI”, Edición Era 2001. México.
Es más, enfatiza, si no se enseña la lógica ligada a las matemáticas clásicas y modernas, a la argumentación racional y a la nueva y vieja retórica, a la historia y el pensamiento crítico y alternativo, a la ciencia y el pensamiento hipotético, observacional, experimental, entonces no se está enseñando cómo aprender a aprender nuevos conocimientos y a crear nuevas realidades.
Si no se enseña la computación articulada a la modelación y al análisis de sistemas simples y complejos, mecánicos, homeostáticos y morfogenéticos, deterministas, estocásticos, autodirigidos y auto-creadores, dinámicos y dialécticos, entonces no se está enseñando cómo aprender nuevos conocimientos a fines del siglo XX ni la nueva vinculación de los lenguajes y los actos, ni las nuevas posibilidades de la imaginación y la construcción de realidades, anota González Casanova.
Agrega que si no se enseña la ética ligada a la historia, a las prácticas y relaciones sociales, a la praxeología, a la prospectiva, a las políticas y las tecnologías y a las palabras-actos, entonces no se está enseñando a aprender la relación entre el conocimiento, los valores y metas, y la acción que busca objetivos y construye realidades.
Si no se enseñan los vínculos, analogías e isomorfismos entre ciencias de la materia, ciencias de la vida y ciencias humanas, no se pueden aprender las más novedosas características del humanismo, ni la forma en que lo particular y lo universal, lo idiomático y lo nomotético articulan y articularán los distintos modos del pensar y el hacer en nuestro tiempo y en un futuro inmediato y de mediano plazo.
Los sistemas universitarios deben ,dice, ser sistemas de multiuniversidades articuladas, respetuosas de las autonomías de sus integrantes y de las redes que establezcan sus grupos de investigación y docencia. No es posible continuar separando las universidades tradicionales de las universidades abiertas; no se deben mantener las universidades presenciales por un lado y construir las universidades a distancia por otro. No es aceptable que se separen la investigación de la educación, ni la difusión cultural de la educación y la investigación. Al contrario, se establecerán más y más vínculos y nexos entre difusión-educación-investigación. Ya ese gran rector que fue Javier Barros Sierra luchó por unir ciencia, tecnología y sociedad en su propia facultad de Ingeniería.
Hay que articular ciencia, tecnología y sociedad
González Casanova afirma que es necesario establecer los sistemas de enseñanza, aprendizaje y difusión que articulen ciencia-tecnología y sociedad en proyectos permanentes y temporales, con objetivos de larga y de corta duración. No cabe separar, como si fueran opuestos, los lenguajes visuales y los auditivos: ni el enseñar y el aprender, ni la conferencia y el diálogo, ni los estudios y los exámenes. Se juntarán el libro al pizarrón, al video, a la casete, al CDROM, al CDI ( disco compacto interactivo ). Se combinará el salón de clases con el laboratorio, la biblioteca con el seminario, la video-aula con el pequeño grupo de autoaprendizaje; la crítica con el rigor; la opinión con la información; el espíritu de duda con la firmeza en el carácter; el aprendizaje con el material de trabajo; la enseñanza con la autoevaluación permanente que permite mejorar las prácticas de los conocimientos y la preparación para los “ exámenes “. Se recordará siempre que la mejor forma de educar y difundir la cultura es dialogar, y que se dialoga inquiriendo, preguntando, atendiendo, oyendo y viendo a los demás; investigando, informándose, corrigiéndose recordando, acumulando, imaginando y haciendo lo que se ofreció.
Hay que mejorar la capacidad de aprender
Aprender, subraya González Casanova, sería inútil si no mejoráramos nuestra capacidad de aprender. Aprender sería inútil si no aumentáramos nuestra capacidad de descubrir, de crear lo nuevo, lo que todavía no existe, lo que está apareciendo como posibilidad germinal en el momento histórico en que vivimos y en el lugar donde vivimos.
La integración de tecnologías electrónicas a la enseñanza es parte de una integración muy antigua de la investigación de las bibliotecas, los laboratorios, las escuelas, los hospitales, los centros de trabajo, los foros y las comunidades. No se trata de hacer sólo otra universidad sino también la misma que combina medios y saberes, artes y conceptos, preguntas y objetivos en combinaciones significativas para conocer y cambiar el mundo y la sociedad, manifiesta González Casanova.