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¿Qué se puede hacer para mejorar la enseñanza de la Física en todos los niveles educativos?

Luis Lascano Lascano y César Costa Vera, dos destacados docentes e investigadores del Departamento de Física de la Escuela Politécnica Nacional, responden esta inquietud de vital importancia para mejorar la educación en todos los niveles.

Dicen los expertos: “El físico francés Jean Levy Leblond decía que “la Física que se enseña difiere de la que se hace como un tratado de gramática difiere de una novela”, y es una afirmación perfectamente aplicable a nuestro medio. Desde hace varios años se ha puesto en discusión el problema de la enseñanza-aprendizaje de la Física, y no son pocos los debates y las propuestas de solución.

Pero ¿por qué hay un problema de este tipo? Veamos: si se considera la educación secundaria en general (hay casos excepcionales), es muy claro que los estudiantes en gran parte ven a la Física como una asignatura difícil y, contradictoriamente, a veces “aburrida”. Contradictoriamente, porque siendo la Física la ciencia que estudia la naturaleza, es evidente que está en nuestra cotidianidad, en cada actividad que realizamos, en cada acción que miramos y en cada suceso que observamos. ¿Qué está ocurriendo?, la respuesta no es obvia, pero algunos hechos clarifican las causas de los síntomas anotados.

Otro hecho fácil de contrastar es que la física que se presenta suele ser únicamente de pizarrón, sin experimentos de ningún tipo. En la educación secundaria, debe enseñarse una física básica, sin mayor formalización, pero con un carácter profundamente conceptual. Está demostrado, y así se hace en países avanzados, que la física solamente se puede enseñar con la inclusión de un gran número de experimentos y demostraciones que validen los principios básicos, y que marquen los límites de validez y los alcances de las teorías físicas. La Física es una teoría con una estructura que se sostiene en pocas leyes o principios, pero estas leyes relacionan conceptos con significados claros y precisos, y normalmente están acompañados de una fortísima componente intuitiva. Si los conceptos no son bien comprendidos y la intuición correctamente desarrollada, mal pueden entenderse y utilizarse las leyes. El experimento posibilita, además de la observación y manipulación directas, la reflexión y la constatación de que la teoría es una extrapolación de hechos observados sistematizados en un proceso de abstracción y de modelización.

Es necesario entender los principios antes que las fórmulas. No hay escape, si uno quiere crear y no repetir o copiar… El gran físico James Maxwell decía muy claramente en 1860 que “… los principios son fértiles en resultados, mientras que los resultados por sí mismos son estériles. Quien se aprende una fórmula se halla a merced de su memoria; pero aquel que domina un principio puede mantener su cabeza libre de fórmulas, pues sabe que puede fabricar las que le hagan falta, en el momento en que quiera.”

Muchas propuestas de solución al problema de enseñanza – aprendizaje hacen énfasis en el aspecto pedagógico, e incluso otras solamente consideran este aspecto. El profesor Emilio Uzcátegui, ya fallecido, decía en una conferencia que la relación cuantitativa entre los conocimientos y la pedagogía depende del nivel de instrucción. El porcentaje pedagógico va disminuyendo en relación al de conocimientos a medida que sube el nivel de la educación. Es decir, en la educación primaria es alto el componente pedagógico o de presentación, en la educación media debe haber un cierto equilibrio y, en el nivel universitario es preponderante el grado de conocimientos, o contenido. Es claro además que, aunque, el énfasis es pedagógico en la primaria, los contenidos en física y en las otras ciencias deben estar presentes de manera muy sustancial desde esa época de la vida. Se dice que la mejor edad para empezar a enfrentarse las ciencias está entre los 10 y los 14 años. Nuestros chicos empiezan en la mayoría de casos demasiado tarde.

Es bastante evidente que en la educación media no existe un equilibrio y que hace falta un mejoramiento en el nivel de conocimientos, mas no necesariamente en el aspecto pedagógico. Las facultades de formación de profesores secundarios han sufrido un continuo retroceso en todo el país, se han politizado sin remedio, y en ciertos casos hasta se han cerrado. Y es muy conocido que en dichas facultades no se cubren todos los contenidos de una física general actualizada y mínima. Esta es la causa de que en los colegios la enseñanza de la física se limite prácticamente a la Mecánica y a algo de la Electricidad. La capacitación sostenida de nuestros profesores secundarios, los formadores de nuestros hijos, en la física y la ciencia contemporáneas es una necesidad imperativa e impostergable.

En la enseñanza universitaria el aspecto pedagógico disminuye en importancia. No debe olvidarse que el estudiante universitario debe ser uno que estudia y se autoforma con la guía del profesor. Sin embargo, en los últimos años se observa una considerable oferta de cursos o programas de formación de «especialistas en educación superior», los cuales dejan de lado los conocimientos en sí mismos, sacrificándolos ante los métodos didácticos y las técnicas de enseñanza (donde de manera paradójica no aparecen las técnicas experimentales). La didáctica sirve de muy poco si los conocimientos son limitados. En rigor, una propuesta seria de mejoramiento de la enseñanza científica en la universidad debe impulsar la investigación. Las universidades que merecen llamarse tales, no deben tan sólo trasmitir conocimientos, sino también generarlos y, además, deben coadyuvar a crear la necesaria cultura científica –tecnológica, dentro del marco cultural e intelectual general de la sociedad. Mucho se beneficia la docencia al contar con profesores que al mismo tiempo participan en proyectos de investigación, porque enseñan apoyados en la experiencia directa, y presentan al estudiante los problemas no resueltos, los límites de las teorías, dejando así inquietudes y ventanas abiertas.

En cualquier caso, al enseñar física son importantes tanto los contenidos como dejar entrever al estudiante el denominado método científico, aquel proceso antes descrito de observar, abstraer, modelar y experimentar. Sólo gracias al método científico introducido por Galileo Galilei, la ciencia y nuestra sociedad en general han podido avanzar hasta como la conocemos actualmente.”

Tomado del reportaje: ”La Física, una ciencia fundamental”, publicado en la revista del CONESUP en diciembre del 2005.

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