En los últimos años, los países de América Latina y el Caribe (ALC) han registrado un fuerte crecimiento económico a nivel colectivo (un promedio de crecimiento del PIB a escala regional del 4,5 % durante el periodo 2010-2012).
Este fenómeno ha generado una creciente confianza y les ha llevado a afirmar su voluntad de desempeñar un papel más activo a escala internacional, por ejemplo, en cuestiones relacionadas con la economía mundial (en el seno del G-20) y en las negociaciones multilaterales sobre cambio climático o desarrollo sostenible.
La Asociación Estratégica entre la UE y los países de América Latina y el Caribe, instaurada en Río de Janeiro en 1999, siempre se ha basado en el principio de igualdad y se ha asentado sobre la convicción compartida de que, en un mundo interdependiente como el actual, ambas partes obtienen provecho de su colaboración y tienen intereses en común. Esto se traduce en una cooperación activa y dinámica permanente en diversos ámbitos – económico, comercial y de inversión, cuestiones políticas y de seguridad, medio ambiente, vínculos interpersonales, etc – tanto entre ambas regiones como entre la UE y cada uno de los países ALC.
La Asociación Estratégica UE-ALC no solo abarca el diálogo político, la cooperación y las relaciones económicas, sino que permite además a ambas regiones afirmar con mayor eficacia sus respectivas posturas en cuestiones de alcance mundial y a defenderlas mejor en el contexto multilateral. En cada una de la seis Cumbres UE-ALC celebradas hasta el momento (con una periodicidad de dos años, aproximadamente) se ha logrado intensificar el diálogo y los contactos a nivel político y se ha conseguido estrechar la cooperación en una amplia serie de aspectos como el comercio y la inversión, el cambio climático, la migración, la lucha contra el tráfico de drogas, la promoción de los derechos humanos, la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Esta dinámica culminó en la última Cumbre, celebrada en Madrid en mayo de 2010, en la adopción de un Plan de Acción General.
Se han celebrado ya, o están en curso de celebración, una serie de acuerdos con países concretos y con grupos de países de la región, como, por ejemplo, el Acuerdo de Asociación con América Central, el Acuerdo Comercial con Perú y Colombia, los acuerdos comerciales con México y Chile (vigentes, respectivamente, desde 2000 y 2002 y que se han revelado muy fructíferos) y el Acuerdo de Asociación Económica con el Caribe. A escala bilateral, la UE ha celebrado también asociaciones estratégicas con México y Brasil.
Relaciones económicas
Según EUROSTAT, la inversión constituye un pilar fundamental de la relación UE-CELAC. Los vínculos en materia de inversión son impresionantes. La UE se mantiene como el principal inversor extranjero en los países de la CELAC con una inversión extranjera directa (IED) total de 385 000 millones de EUR en 2010. Esta cifra supone el 43 % de la IED total de la región. La IED de la UE en los países de la CELAC es superior a la que lleva a cabo en Rusia, China y la India conjuntamente considerados. Además, la IED de la UE está muy diversificada y abarca desde aquellos sectores en los que la presencia europea viene siendo tradicional, como el comercio y el turismo, hasta nuevos sectores, como la construcción y las finanzas, contribuyendo a diversificar las bases para un crecimiento económico permanente. La inversión de la UE en los países de la CELAC contribuye a incrementar la competitividad y el desarrollo social y económico. La relación UE-ALC en materia de inversión beneficia a ambas partes ya que, a lo largo de los últimos años, las empresas de América Latina y del Caribe han ido incrementando sus inversiones en la UE.
Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la UE ha adquirido nuevas competencias en términos de protección de las inversiones de la UE. En la región de la CELAC, la UE fomenta una inversión de calidad y responsable desde el punto de vista social y ambiental. Evidentemente, esta inversión de calidad solo podrá llevarse a cabo en el contexto de un marco normativo igualmente de calidad, que garantice el Estado de Derecho y la aplicación del principio de seguridad jurídica tanto en beneficio de los inversores nacionales como de los internacionales.
Es fundamental que exista un entorno favorable para las empresas, con carácter abierto, transparente, no discriminatorio y estable, que permita brindar seguridad jurídica a los inversores, pues esta última es esencial para propiciar una actividad de inversión de calidad y responsable desde el punto de vista social. La UE está dispuesta a colaborar con sus socios de la CELAC en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial, que forma asimismo parte integrante de su estrategia de inversión.
Se observan nuevas oportunidades en el ámbito del comercio.
Desde hace algunos años, los intercambios comerciales entre la UE y la región de la CELAC vienen experimentando un rápido crecimiento (por ejemplo, el intercambio de mercancías entre la UE y América Latina ha aumentado más del doble a lo largo de la última década –hasta alcanzar los 214 000 millones de EUR– (un 6,5 % del comercio total de la UE). No obstante, aunque la asociación se ha revelado muy fructífera, existe todavía un potencial de expansión considerable. Para aprovecharlo, es preciso desarrollar en mayor medida las relaciones comerciales con México y Chile, garantizar la aplicación de los acuerdos con el Caribe, América Central, Colombia y Perú, y celebrar negociaciones con la región MERCOSUR, a la que pertenece Brasil, noveno socio de la UE a escala mundial en el sector de la importación y la exportación. Resulta asimismo importante abstenerse de aplicar medidas proteccionistas. Esa es la visión desde Europa.
En el contexto de la Cumbre que se llevará a cabo este fin de semana en la capital chilena, la UE hará hincapié en la importancia de fomentar el libre comercio como instrumento fundamental para el respaldo del crecimiento económico y del desarrollo.
Fuente: EUROSTAT, enero de 2013.