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Sobre cuestiones étnico-lingüísticas en Simiatug – Bolívar

Por: Dr. Pedro Reino Garcés
Historiador/Cronista Oficial de Ambato

Simi-atug, Shimi-atug, Src;imi-jatun, son tres formas de escriturar el nombre de un poblado y de una jurisdicción parroquial que pertenece al cantón Guaranda de la provincia de Bolívar. Esto, según un libro publicado por Manuel Cornelio Sigcha, en edición de la Casa de la Cultura de Bolívar (Presidencia de María Alicia Osorio), en 300 páginas. Sobre esto, van los comentarios desde mi óptica lingüística: Las tres formas de designación pertenecen al quichua. Son formas compuestas: dos con /atug/ que significa lobo; y una con /jatun/ que significa grande. El vocablo /shimi/ se traduce como /boca – lengua en sentido de idioma/. Las dos variables: Simi-atug, Shimi-atug se traducen como “lobo de la boca”. Esto es una metáfora. Estamos frente a una puerta, a una entrada donde había lobos, porque seguramente en esos lomeríos existieron esos felinos. Sin embargo, nadie quita que sea otra simbolización alusiva al ‘carácter’ de sus habitantes, seguramente referido a los prequichuas, puesto que los invasores incas los habrán visto como a lobos, ‘astutos e indomables’. Esta era una forma común de redenominar a los grupos vencidos por la conquista inca, dándoles a veces caracteres negativos, como el caso de los pueblos circunvecinos de Tungurahua, los ‘passas’ que fueron los ‘ásperos’, o los del ‘pilis-urcu’ que quiere decir que ahí vivían ‘piojos’: o del cerro, piojos’ (connotación que tiene que ver con estatura o con cantidad).

Comentemos ahora sobre la cuestión fonética: /simi-shimi/. La [s] es una articulación (para nosotros los centroandinos) alveolar fricativa sorda. La [sh] es muy característica del quichua: palatal africada sorda. No he encontrado alternancia dialectal en variables del quichua, por lo cual más bien se da como mecanismo de los hispanos que al no tener una letra adecuada para esa pronunciación, fijaron son [s] lo que correspondía a [sh], y los mestizos generalizaron luego en la pronunciación. Ahora vayamos a comentar algo sobre la estructura gramatical, puesto que el quichua es un idioma conocido como “aglutinante”. Mucho tiene que ver el orden de las palabras para estructurar significados. En la forma /shimi-atug/ lo normativo o correcto, como está escrito, se traduce literalmente como /de la boca, lobo/, y pasado a la estructura española se dice / lobo de la boca/. ¿Recuerdan Rumi-chaca en la frontera con Colombia? Esto se traduce literalmente como /de piedra, puente. En quero-chaca tendríamos: de palo, puente. ¿Qué pasa con la estructura /shimi-jatun/? Se traduciría como /de la boca, grande/, lo cual, según el esquema mental español sería /grande de la boca/. Esto no suena muy concordante en la gramaticalidad quichua que indica que “la especificación” de la condición de la materia se da en estas formas de alternancia de términos: /sara-chagra/ se traduce como sementera de maíz; y literalmente sería: de maíz, sementera.

Este es un pequeño ejemplo de movilidad lingüística. Siendo extremistas, preguntémonos: ¿Realmente hablamos español en América en las clases populares? La respuesta categórica es NO. Hablar es diferente a escribir. Las gramáticas del hablar son diferentes a las del escribir. Las hablas, al ser un hecho ‘vivo’ están afectadas hasta en los niveles gramaticales. La realidad es que hablamos variantes dialectales con vínculo abstracto al ideal de lengua normativa. Si advertimos que nuestro español está afectado hasta gramaticalmente con estructuras de lenguas indígenas; exactamente lo mismo pasa con la gramática quichua, pues el quichua no solo que está afectado por la presión del español en el léxico, en lo semántico, sino hasta en su estructura gramatical. Su desventaja es más grave como lengua, porque todo apunta peyorativamente a falta de desarrollo de teorías lingüísticas propias, se debe a que no se han creado fortalezas para enfrentar la aniquilación de su cultura. El ejemplo está en /shimi-jatun/.

Manuel Cornelio Sigcha, expone en su libro una idea clara sobre poblamiento de Simiatug. Explica que hubo una población prequichua que fue dominada por caciques que impuso el incario. Dice: “Estos grupos extraños han venido desde Tungurahua, sector Santa Rosa de los Tomabelas… pilamungas, candos y collín” que son nombres de las dinastías. Señala que “usurparon las tierras y destruyeron nuestra cultura y sabiduría, y saquearon los grandes tesoros de nuestros abuelos” (Ver: Fundamentos del proceso y sucesos históricos de la organización de los pueblos del Norte de la provincia de Bolívar, del autor citado. Sin fecha de edición, p. 6). Explica que los tomabelas de Santa Rosa “llegaron al punto llamado Guanguliquín, territorios del pueblo Munlluleus Palomalín, con armas de fuego y dagas, fueron humillados, desintegrados…Guanguliquín está junto al río puro, cristalino, con muchos pozos y cascadas llamadas Montanuela, a distancia de 7 km al Norte de la parroquia Simiatug. Guanguliquín es el primer asentamiento (donde pusieron) su santuario los primeros españoles y los primeros mestizos en el territorio de los Munlluleus…”

Entonces tenemos la palabra Munllu-leo. Desde luego que es una denominación pre quichua, y digo categóricamente que pertenece a la cultura quitu-pantsalea, la palabra se parece a otras de Tungurahua y Cotopaxi, como Pelileo, Tisaleo, Mulanleo, Punguleo. Se tiene la hipótesis de que /leo/ tiene semanticidad de /pueblo/. ¿Qué significaría Munllu? Pero como en arqueología, hay que guardar el resto del objeto hasta que a futuro tengamos más luces. Dice que llegaron al punto llamado /Guangu-liquín/, pero ya tenemos el problema de estar frente al quichua /guangu/ que significa trenza. /liquín/ aparece como un sufijo dinástico característico de Simiatug, debido a que uno de los apellidos más generalizados es por ejemplo Yancha-liquín. ¿Qué nos dice el topónimo /Guangu-liquín/? Pues que estamos ante un híbrido que indica ya la injerencia del quichua conquistador. Si damos crédito a que los conquistadores tomabelas llegaron con armas blancas y armas de fuego, es indudable que los tomableas constituyen una imposición temprana de la conquista castellana.

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