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Día del ADN 2015

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

Por el onomástico del ADN, el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de la Américas ( UDLA) organizó un simposio para difundir los avances de la genética. En el evento se trataron cuatro temas clave: los conocimientos que nos han llevado a entender desde los cromosomas hasta el funcionamiento total de los genes (genómica); el uso de la bioinformática como herramienta clave para entender los miles de datos acumulados en el mundo sobre genes y que esperan ser analizados por alguien; las células madre y su responsabilidad en el origen y el tratamiento del cáncer; y los experimentos sobre moléculas diminutas (microARNs) que controlan al ADN en algunas de sus funciones relacionadas a cáncer y células madre.

Aunque se venía trabajando desde 1944 en el material de la célula que contenía la información genética y se pensaba que eran los ácidos nucleicos, es en 1953 cuando se consolida esta hipótesis y los investigadores J. Watson y F. Crick describen el modelo químico y funcional del ADN, en su célebre trabajo publicado en abril 25 en la revista inglesa Nature; por esta fecha insigne para la genética, se declaró a este como el Día del ADN.

Desde la descripción del ADN han pasado muchas cosas. En 2003 se terminó de secuenciar todo el genoma humano y hoy sabemos que tenemos 23 mil genes, que padecemos unas 10 mil enfermedades genéticas, que el 90% de enfermedades raras es de origen genético, que todos tenemos el mismo material genético y que no existen diferencias esenciales entre las personas, todos somos de la misma raza: la humana.

Se ha logrado descifrar todo el genoma en tres días a costos relativamente bajos, se manipulan genes, se introduce un gen de una especie en otra, se cortan fracciones de genes enfermos y se reemplazan con porciones sanas. La mente genómica nos acompaña a cada paso. Se nos venden pruebas para saber nuestros orígenes, los riesgos de enfermedad, la susceptibilidad a fármacos, se buscan medicamentos genéticos que combatan a los genes malos o a sus productos, se dispone de exámenes prenatales y neonatales para detectar riesgos, pero también sufrimos de biopirateo y saqueo de conocimientos útiles para el ‘negocio del gen’.

La medicina genómica nos invade, pero realmente llega a poca gente, tal vez a unos cuantos que la pueden pagar. El negocio del gen es tan abrumador, que los países como el nuestro, si no se modernizan en las investigaciones y las pruebas genéticas que ofertemos como derechos de salud pública, seguirán simplemente siendo consumidores de conocimientos y esclavos del negocio del ADN.

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