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La política es ciencia y arte

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

La utilización del término política ganó popularidad en el siglo V A.C., cuando Aristóteles desarrolló su obra “Política”. El término proviene de la palabra griega “polis”, cuyo significado hace alusión a las ciudades griegas que formaba los estados donde el gobierno era parcialmente democrático. Cabe señalar que es en esta cultura donde intenta formalizarse esta necesidad humana de organizar la vida social y los gobiernos desde tiempos ancestrales. De manera amplia, se le conoce como un conjunto de ideas, convencimientos o acciones sociales que se relacionan con las cuestiones públicas o relacionadas con el poder. Se habla de política al hacer referencia a un grupo de gobernantes y su relación con el grupo al que gobierna. En lo jurídico, se la denomina de tres formas posibles: como un conjunto de actividades desarrolladas por un grupo y que permiten crear, planificar y ejercer el poder sobre otro; como la lucha y la oposición que debe llevarse a cabo por parte de un grupo reducido para dominar a uno mayor; y por último, como una actividad cuya razón de ser es alcanzar un fin.

En la actividad política el diálogo es importante, pero, no se puede dialogar estableciendo condiciones, porque se entiende que es necesario dialogar con quienes tienen ideas contrarias a las nuestras. No se puede decir: “yo sé con quién dialogo o invito a dialogar a los que yo deseo”. No se puede invitar a dialogar a los que están con la misma causa o decir a los contrarios en política: “con ustedes no dialogo porque no están de acuerdo con lo que yo pienso”. Quien piensa así, no va a llegar a un acuerdo ni a un consenso.

La política, entonces, hay que manejarla en forma científica y considerarla un arte porque nos permite la comprensión de los problemas sociales, nos posibilita llegar al poder, convenciendo a la ciudadanía de un programa de gobierno posible que tenga amplia aceptación social porque es realizable. La oposición es necesaria en un gobierno democrático y pluralista.

En los momentos actuales que vive el país debemos reflexionar sobre nuestra realidad nacional y los problemas que nos aquejan, para dar solución a los mismos.

No por el hecho de ser obedientes podemos quedar ciegos ante la realidad. La sociedad no reelegirá a los asambleístas que no han defendido a su pueblo y han atentado en contra de sus intereses, a través de la aprobación de leyes injustas.

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