Por: Doctor César Hermida B.
El 11 del presente culminó de manera exitosa el primer ciclo de actividades de la Universidad del Adulto Mayor.
Se habló de simbólicamente de “graduación” pero el programa no provee títulos sino certificaciones de educación continuada avaladas por la Universidad de Cuenca, el Consejo Cantonal de Salud de la Municipalidad y la Red Internacional de Asociaciones de Adultos Mayores. Muy justo el reconocimiento público para la Dirección de Educación Continuada de la Universidad de Cuenca, la Coordinación General y la Orden del Hogar Miguel León, por su dedicación responsable y cotidiana para materializar la obra, pero como se trata de una obra colectiva en la que se insistió que se evitarían protagonismos, bien vale un modesto reconocimiento para los demás actores.
En primer lugar para todos los distinguidos docentes que colaboraron de manera voluntaria y honorífica. En segundo lugar para la Dirección del Consejo Cantonal de Salud de la Municipalidad que apoyó la iniciativa desde la Mesa del Adulto Mayor y asignó una profesional que se constituyó en el alma de los procedimientos y organización, y consiguió además el apoyo material de los muebles. El Hogar Miguel León adecuó los locales y los prestó de manera altruista, como lo hizo el Instituto privado Continental con sus aulas y computadores para las actividades de comunicación electrónica.
Quien como participante en el Curso Internacional sobre Políticas Públicas para el Adulto Mayor del Instituto Internacional para la Edad, en Malta, hace varios años, trajera la iniciativa de la Universidad del Adulto Mayor para explicar al Rector de la Universidad de Cuenca y luego, por su delegación, al Director de Planificación, y más tarde a la Facultad de Medicina, en cuyo nombre presentó la iniciativa a la Mesa del Adulto Mayor a inicios del 2011, y quien definió en el 2012 con la Dirección de Planificación que debía ser la de Educación Continuada la responsable del aval, contemplaba con orgullo el acto de clausura como la culminación de un modesto primer paso de un exitoso histórico proceso colectivo, que nació como una idea fuerza, se transformó en un proyecto diseñado y era ahora un exitoso programa materializado.
En septiembre del 2011 se comentó en esta misma columna la presentación de la propuesta, como se hizo un año más tarde cuando se iniciaron las actividades. La culminación de los tres módulos: Buen Vivir, Gerontología y Comunicación electrónica (Computación) constituye un hecho histórico pionero para el país.