EcuadorUniversitario.Com

Más Mujica, menos cosméticos

Por: Dr. César Ulloa Tapia, Vicerrector del Instituto de Altos Estudios Nacionales 

Mujica vivió como predicaba. No necesitó un séquito de cargamaletas, una corte de lambones, un cuerpo de guardaespaldas o el despliegue de expertos en cosmetología. Su sencillez y austeridad lo catapultaron como un bicho raro, como un político transgresor, como un extraterrestre al mando de un Estado. A diferencia de quienes se autoproclaman líderes y otros, equivocadamente, estadistas, este viejo militante de izquierda fue coherente. Por su manera de vida se ganó el respeto de sus mismos opositores y la admiración de sus seguidores.

Más allá de su gestión como presidente, el legado de Mujica se expresa en un conjunto de valores éticos y democráticos. Los primeros se concentran en el respeto al ser humano y la naturaleza, mientras que en los segundos se pueden mencionar el respeto al Estado de derecho, a las instituciones de la democracia, a la integridad en el uso de los recursos públicos. Hizo del poder una herramienta de servicio público. Nunca se dejó entontecer por el dinero ni por lo efímero de ocupar un cargo.

En lo político, no cabe duda de que Mujica resaltó la defensa de la ideología como elemento central de su partido, la militancia como un compromiso cívico y la profesionalización de la política como una carrera de servicio público. Habría que comprender que Mujica es él y su contexto, pues el Frente Amplio tenía figuras descollantes y de primera línea como Tabaré Vázquez y ahora esta agrupación alienta la formación de nuevos liderazgos. Es decir, Mujica y Tabaré trabajaron en construir un frente político, no solo para aparecer en elecciones.

El mundo despide con lágrimas al viejo demócrata, quien de joven fue un guerrillero. Supo cambiar las armas por las ideas para así vencer en las urnas a sus contrincantes y lograr con sus colegas que emerja una nueva agrupación llamada Frente Amplio, desplazando a blancos y colorados. Su pueblo mira con nostalgia la partida del viejo Pepe, sin embargo, deja un legado que se perpetuará en la figura más cercana, su esposa Lucía, y en la militancia del país oriental. Ahora nos encarga la tarea de repensar los liderazgos.

 

Salir de la versión móvil