El empleo, las remuneraciones, la vivienda, la alimentación, la salud, la seguridad social, la educación configuran el ámbito que debe atender el desarrollo social de una colectividad. Sin embargo, lo que se precisa señalar en este momento son las áreas críticas y en esa perspectiva determinar las acciones que deben cumplirse dentro de un programa de desarrollo social.
Las manifestaciones más sobresalientes de la crisis económico social han sido, aparte del endeudamiento externo y el desequilibrio externo, la irracionalidad del sistema financiero, el subempleo, el desempleo y el persistente desequilibrio de la distribución de la riqueza.
Consiguientemente, consideramos al momento como áreas críticas la pobreza que azota a inmensas masas de nuestro pueblo y que a causa de la crisis tiende a ensañarse en grupos importantes de la clase media; y a profundizarse con la pauperización de los sectores populares.
El desempleo que está afectando a la mano de obra especializada y el crónico subempleo que obedece a causas estructurales, generadoras de injusticia y desigualdad.
La explotación patronal que paga salarios irrisorios a jóvenes altamente preparados y cualificados. La no afiliación al Seguro Social y la inseguridad laboral.
La inflación con la consiguiente alza del costo de la vida y el deterioro constante de las remuneraciones, cada día más insuficiente para cubrir las necesidades apremiantes de subsistencia de los hombres y mujeres que viven de su trabajo.
El ahondamiento de las distancias que separan a una clase pudiente que no siempre se detiene en los medios para acumular riqueza y malgastarla y las clases populares que encuentran mayores razones para su inconformidad y protestas, que expresan una creciente injusticia en la distribución de la riqueza.
Frente a esta dura y triste realidad, al próximo gobierno le corresponde tomar medidas adecuadas y emergentes y convertirlas en acciones que produzcan los resultados esperados.
El programa gubernamental de los candidatos presidenciales que terciarán en las elecciones del próximo mes de febrero, debe comprender medidas para generar empleo en forma masiva mediante la cristalización de las obras públicas necesarias que ofrecen en la campaña electoral. Medidas para incentivar la generación de empleo a través de empresas populares. Acciones para evitar el despido y la desocupación.
En todas las generaciones ha habido un denominador común: todas soñaron. Sin embargo, hoy ya nadie sueña. A la juventud alguien los asesinó. ¡Que tragedia! Se ha cometido un genocidio intelectual. Los sueños de una generación entera han muerto. Deberíamos estar muy tristes. Hoy, en pleno siglo XXI, ya nadie sueña con un mañana mejor, con ningún futuro. Vivimos como en mundo provisional, como si estuviésemos viviendo una fase transitoria que nos conducirá al abismo. Parece como si fuéramos protagonistas de una novela kafkiana. Por primera vez en la historia, la juventud no sueña.
¿Será mucho pedir que le devuelvan el sueño a los Jóvenes?
Albert Eistein dijo: “El problema de la Humanidad no es cuestión de energías, sino de conciencias”.
EcuadorUniversitario.Com