EcuadorUniversitario.Com

Un núcleo doctrinal en lo jurídico

Por: Dr. Juan Morales Ordóñez 

La Teoría del Derecho que analiza lo jurídico en su dimensión estructural y dogmática, aborda el estudio de las fuentes del Derecho. En la mayoría de las materias iniciales en las carreras de Derecho, se toca el problema de sus fuentes, casi siempre de manera generalísima, siendo las asignaturas de Introducción al  Derecho y Teoría del Derecho, las que lo estudian de forma profunda.

En Ecuador, sin que aún seamos conscientes totalmente, la versión tradicional de la teoría de las fuentes del Derecho, sufrió una ruptura conceptual a partir de la vigencia de la Constitución de 2008, que trastoca lo que aún se repite de manera lamentable y por devoción casi fonética, aquí y allá en los cenáculos jurídicos, esto es que las fuentes del Derecho son la ley, la costumbre, la jurisprudencia, la doctrina y los principios generales, sin que se analice esta parte de la estructura del Derecho a la luz de la realidad constitucional actual.

Hoy, si bien esa clasificación se mantiene, sin embargo el nivel de importancia de cada una de las fuentes es diferente. La ley mantiene su importancia fundamental en todo el sistema; la jurisprudencia adquirió mayor peso y es más formal;  la costumbre llega a ser la principal fuente jurídica en justicia indígena y debe ser considerada con atención en los espacios de solución alternativa de conflictos; y, los principios generales del derecho, adquieren constitucionalmente un rol dirimente  cuando se presenta contradicción entre el contenido o las formalidades de la norma con la justicia.

La doctrina -que se define como la opinión sustentada teóricamente sobre aspectos jurídicos- es también una fuente del Derecho, quizás la más débil, por una serie de razones relacionadas con la educación que se imparte tanto en las escuelas de Derecho, como en los otros espacios jurídicos y judiciales de capacitación y formación profesional.

En las carreras de Derecho, no existe aún el diálogo académico necesario para definir un núcleo doctrinal que sea estudiado por todos. Cada profesor decide con qué autores trabaja y eso está bien. Sin embargo, si no se construye un núcleo doctrinal de autores que todos conozcan, no conseguiremos manejar referentes comunes, condición indispensable para la vigencia de la argumentación doctrinaria.

Si un Abogado, un Juez, un Fiscal o un Defensor, en sus análisis mencionan un enfoque doctrinal que no es conocido por los otros, ese aporte teórico, simplemente no incidirá en la elucidación del problema jurídico en ciernes.

Por eso, propongo elaborar conjuntamente, primero entre universidades y luego con la Escuela Judicial, por ejemplo, un núcleo doctrinal básico para estudiantes y profesionales del Derecho, que no circunscriba nada, sino que por el contrario, se constituya en una especie de lugar común teórico del cual se deriven enfoques jurídicos que fundamenten con pertinencia la aplicación del derecho.

Salir de la versión móvil