
Por: Dr. César Ulloa Tapia
Vicerrector del Instituto de Altos Estudios Nacionales -IAEN-
En Venezuela, la dictadura madurista ha expulsado más de cuatro millones de personas según la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR). La patria del libertador Simón Bolívar, aquella desde donde se encendieron las luces de la dignidad latinoamericana, ahora es esclava del peor régimen político de su historia. Lo que inició como refundación de la patria con el teniente coronel Hugo Chávez Frías devino en el mayor despilfarro económico y desangre de la dignidad humana. El experimento del Socialismo del Siglo XXI se convirtió en una aberración, cobijada por el manto cívico-militar. Solo en Ecuador hay más de 500 mil emigrantes, quienes huyeron de la pesadilla chavista que les arrebató su terruño, su familia, su estudio, su trabajo.
La otrora “Arabia Saudita latinoamericana”, aquella que nunca sembró petróleo y que tampoco dio paso al cambio de la matriz productiva, está secuestrada por la política morbosa, perseguidora, adornada de corrupción y con privilegios para un grupo de lambones de la dictadura. Estas nuevas elecciones no dejan de ser polémicas y están enmantadas de dudas. El régimen ha hecho de todo para aplacar a la oposición con distintas maneras de persecución política, además de cooptación e incrementar los niveles de inseguridad y violencia. Aquella Venezuela con una riqueza no aprovechada, ahora vive una verdadera pesadilla, atravesando en muchas ocasiones ciclos de economía de guerra.
El Socialismo del Siglo XXI es el mejor ejemplo para quebrar un país, quebrantar la paz, fomentar el desarraigo, fracturar la autoestima nacional y demoler la democracia. No hay en la historia del continente un éxodo de estas características, sin embargo, la ceguera provocada por la liturgia chavista todavía permanece en millones de personas que están convencidas en la polarización, la antipolítica y la posverdad como alternativa. En la actualidad, se ha demostrado que esta propuesta funcionó debido al boom petrolero y después de nadar en dinero nunca hubo un verdadero proyecto de desarrollo. Los resultados de estas elecciones son un parteaguas para el país llanero.