Debaten violencia estudiantil y abuso sexual en la “Asamblea en mi Colegio”

Estudiantes de instituciones educativas de Quito, de segundo y tercer año de Bachillerato de los colegios 10 de Agosto, Daniel Enrique Proaño, Miguel Ángel Zambrano, Pichincha, Simón Bolívar, Don Bosco, Virgen de Consuelo, Fernández Madrid y La Salle participaron en el proyecto “Asamblea en mi Colegio”, llevado a cabo por la Legislatura a través de la Coordinación General de Participación Ciudadana.

En esta oportunidad, 71 jóvenes enfocaron el debate en dos temas centrales: la violencia estudiantil y el proyecto de Ley para prevenir la violencia sexual contra niñas, niños y Adolescentes que fueron planteados por los representantes de las comisiones de Educación y de Justicia.

En el debate los jóvenes consideraron oportuno establecer materias para prevenir la violencia. Estas deben ser enfocadas en tres aspectos: verbal, psicológico y maltrato físico. Las materias deben ir acompañadas de charlas, talleres y dinámicas orientadas desde edades iniciales hasta jóvenes, dirigidas por profesionales, a fin de crear una nueva sociedad basada en valores y respeto.

El núcleo familiar es la base para generarlos, enlazado con la educación en valores desde las instituciones educativas, e involucrar a la comunidad para que la práctica sea un hecho, destacaron.

También sugirieron recuperar la “escuela para padres”, ya que muchas veces el maltrato viene desde los hogares. Expresiones grotescas y maltratos generan violencia y eso luego con el pasar del tiempo se replica en otros escenarios, de allí la necesidad de que padres, docentes y estudiantes trabajen juntos, aseguraron.

Katrina Bustillos, del Colegio Fernández Madrid, al referirse a la violencia estudiantil mencionó que lo más común es la verbal, que viene de los propios compañeros de aula. En muchas ocasiones hacen bromas grotescas, se ríen. “Para tratar estos casos se debe establecer un círculo de confianza para que la persona ofendida pueda hablar al respecto, como por ejemplo el Consejo Estudiantil que deberá tomar cartas en el asunto para que no se vuelva a dar este hecho”, enfatizó.

En cuanto a la violencia sexual a niñas, niños y adolescentes, precisó que es fundamental enseñarles a que no se callen, que digan lo que les está sucediendo, al advertir que el rol de los padres es esencial porque desde el hogar se debe hablar de sexualidad.

Entre tanto, Marcos Espinosa, del mismo colegio, indicó que se requieren nuevos métodos para evitar la violencia en sí, en los que la familia juega un rol esencial, al igual que las instituciones educativas y la sociedad.

“Establecer una pena y sanción para los violadores es esencial, pero también hay que poner una mirada hacia la personas violadas sexualmente a quienes se debe dar atención psicológica para sobrellevar este acto brutal”, señaló.

Alison Intriago, de la Unidad Educativa Daniel Enrique Proaño, precisó que la violencia sexual es una realidad que afecta a los sectores vulnerables de la sociedad. El rol de la escuela es fundamental, así como el de la familia, pero también se requiere una política pública por parte del Estado.

En cambio, Jostin Carrillo felicitó a la Legislatura por impulsar el proyecto “Asamblea en mi Colegio”, donde los jóvenes pueden expresarse en temas cruciales y que se vive a diario en la sociedad, como es la violencia educativa y sexual. “Es una experiencia inolvidable”, resaltó.

Los jóvenes somos capaces de emitir propuestas con base en la realidad que vivimos. “Por ello es gratificante participar en estos debates enriquecedores para construir un sociedad de valores y respeto”, concluyó.

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