“Todos los días somos bombardeados por publicidad directa o indirecta que nos incita a consumir, muchas veces más allá de nuestros límites. A su vez las entidades bancarias entregan tarjetas de crédito y avances de efectivo sin requisitos vinculantes o análisis financieros lo cual pone en una situación riesgosa a los clientes, en especial a los jóvenes”, comenta Byron Villagómez, Docente Investigador de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad Tecnológica Equinoccial -UTE-.
Al 2017 en Ecuador se registraron en la Superintendencia de Bancos, 2.6 millones de usuarios de tarjetas de crédito, aproximadamente un tercio de la población económicamente activa. Y aunque este método de pago puede ser una herramienta, también puede convertirse en una trampa de endeudamiento.
Es por esta razón que Villagómez decidió estudiar qué tan ‘racionales’ son las decisiones empleadas al utilizar las tarjetas de crédito y los efectos en las finanzas personales. A través de las teorías económicas de Richard Thaler y Daniel Kahneman, Premios Nobel de Economía en 2017 y 2002 respectivamente, aplicó el concepto de la economía conductual para contrastar el paradigma neoclásico sobre las racionalidad de los supuestos ‘homo economicus’.
“Esta perspectiva conductual de la economía nos permite analizar al consumidor y los efectos psicológicos que tienen las distintas influencias y estímulos”, agrega. Para ello realizó una serie de experimentos en la UTE y con clientes de entidades bancarias de Quito.
El primero consistió en reunir a 30 estudiantes en un aula de clase vaciada de estímulos visuales. En esta se les presentó cuatro productos nuevos de marca: una mochila, terno de hombre, zapatos y pantaloneta. A los voluntarios se les pidió que estimen el valor en el mercado de estos productos y el precio máximo que estarían dispuestos a pagar por cada uno de ellos.
Luego se reunió a 30 nuevos estudiantes, sin previo conocimiento de lo ocurrido, en otra aula con varias publicidades de tarjetas de crédito proyectadas en la pizarra y carteles informativos.
“Les dijimos que los ignoren ya que no sabíamos quién había colocado eso y que seguramente pertenecía a la clase anterior”, comenta el investigador. Y los investigadores procedieron realizar las mismas preguntas con los mismos productos.
Los resultados demostraron la hipótesis esperada, cuando influyes con estímulos ajenos afectas el comportamiento del cliente. Los jóvenes sin estimulo establecieron precios más bajos, mientras que los que estuvieron en el aula con la publicidad estimaron precios más altos y estaban dispuestos a pagar más por los mismos productos.
En el segundo experimento encuestaron a 100 usuarios de entidades financieras de la capital. El 70% de los participantes había utilizado avances de efectivo de las tarjetas de crédito pero ninguno sabía la tasa de interés, el plazo que se sometieron a pagar o la cuota.
“Esto es un gran problema porque estamos convirtiéndonos en una economía del endeudamiento y esto se ve en las cifras macroeconómicas. Según la Superintendencia de Bancos la cartera vencida con más alto nivel es la de consumo con tarjeta de crédito con una morosidad del 8%”, explica el autor del estudio.
Con estos resultados concluyó que existe una racionalidad limitada, ya que las decisiones de los consumidores se ven influenciadas por el “impulso” y en tal sentido, requieren “apoyo institucional, mayor regulación y control a las entidades emisoras para cuidar los intereses de los clientes”, concluye.
Este trabajo de investigación fue presentado durante una ponencia magistral en el VI Congreso Internacional de Economía, organizado por la Universidad San Francisco de Quito entre el 27 y 29 de junio; como también publicados en la revista indizada ‘Economía y Negocios’ de la Facultad de Ciencias Administrativas de la UTE.
“Este tipo de trabajos son el resultado de importantes esfuerzos de investigación que han sido evaluados por comités científicos o pares externos que garantizan su calidad, por lo que son un reconocido logro para nuestra Universidad”, señala Carlos de la Torre, Decano de la Facultad.
Para descargar el artículo en la Revista ‘Economía y Negocios’ pueden ingresar AQUÍ
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