Estadísticas sobre la inquisición

Po: Dr. Pedro Reino Garcés

Historiador/Cronista Oficial de Ambato

“A comienzos del siglo XIX, Llorente, en su Historia Crítica de la Inquisición española, fue el primero que intentó responder con precisión.  Conocía bien los archivos del Santo Oficio por haber tenido cometidos en esa institución. Dio la siguientes cifras: 340.592 víctimas desde los orígenes (1480) hasta 1815 y aportó las siguientes precisiones: 31.913 personas fueron quemadas efectivamente, 17.659 fueron quemadas en efigie, 291.021 fueron reconciliadas o condenadas a penas menores. Llorente añade que la represión fue particularmente severa durante el período 1483-1498, durante el cual Torquemada ejerció el cargo de Inquisidor General; 8.800 víctimas perecieron, al parecer, en la hoguera y 9.654 fueron sometidas a diferentes castigos. A mediados del siglo XIX se impugnaron estas cifras. Lea, en particular, puso en entredicho el método de Llorente a falta de series continuas, este partía de los datos que proporcionaban los cronistas; calculó la media anual de víctimas que se desprendía de sus fuentes y extrapoló el caso de los años en que carecía de informaciones. Era suponer que la actividad del Santo Oficio había sido uniforme durante todos esos años, pero no fue así. Sin haberlo querido, deliberadamente, Llorente exageró en gran medida el número de víctimas.

A Jaime Contreras y a Gustav Henningsen debemos los esfuerzos más serios para calcular el número de víctimas de la Inquisición española. A partir de las relaciones de causas*, esos dos historiadores calculan que entre 1540 y 1700 el Santo Oficio persiguió a 49.092 personas. Mediante extrapolaciones prudentes correspondientes a la época anterior y posterior, calculan que en total se incoaron 125.000 procesos. Es tres veces menos de lo que indicaba Llorente. En los dichos procesos, las palabras malsonantes y las blasfemias representarían el 27%; a continuación vendría el ‘mahometanismo’ (24%), los judaizantes (10%), los luteranos (8%), y por último, las supersticiones diversas, entre ellas la brujería (8%).

Por lo que se refiere a las penas infligidas, Contreras y Henningsen calculan que se votó la pena de muerte en el 3,5% de los casos, pero solo el 1,8% de los condenados fueron efectivamente ejecutados; los otros fueron quemados, al parecer, en efigie. Dicho de otro modo, entre 1540 y 1700 fueron ejecutados, al parecer 810 personas. Sabemos que las condenas a muerte fueron muy numerosas antes de 1500 y que aún hubo algunas después de 1700. Así, pues, resulta razonable calcular en menos de 10.000 las condenas a muerte seguidas de ejecuciones pronunciadas por la Inquisición durante su historia. Estas cifras distan mucho de las que se Suelen ofrecer. A título de comparación, las guerras de religión en Europa causaron, al parecer, decenas de miles de víctimas. Por sí sola, la noche de San Bartolomé (24 de Agosto de 1572) causó, al parecer,  al menos 3.000 en París, más las que se pueden contar en otras ciudades de Francia”

*.- En la cita se explica: “Las relaciones de causas son los informes anuales que a partir de 1560 los tribunales del distrito debían enviar al Consejo Supremo de la Inquisición; en ellas figuraba la lista de los procesos que se habían celebrado, el nombre de los acusados, los motivos de la acusación y las penas pronunciadas. Solo se han conservado las relaciones de los años 1560-1700”. (Pérez Joseph, La Leyenda Negra, (Premio Príncipe de Asturias, cuarta edición 2017, Gadir Editorial,  España. P 101-102).