Trump se lanzó al ruedo

Por: Rodolfo Bueno

Sucedió lo que tenía que suceder y lo que pase en adelante depende de lo que haga la directiva demócrata. Lastimosamente, y para desdicha del género humano, esa elite está tan enceguecida por el odio al Presidente Trump, que todo lo hace mal. La carta de triunfo está en sus manos, pero no la usa, solamente debe permitir el juego político con entera libertad, para que los electores demócratas escojan al candidato de su predilección, el que tenga el mayor chance de ganar la presidencia. En este caso, deberían escoger entre Elizabeth Warren, Bernie Sanders, Beto O’Rourke y Alexandría Ocasio-Cortez.

Y allí comienza la tragedia del partido Demócrata. Estos posibles candidatos son de izquierda, se diría, de una izquierda racional que propugna los cambios que exige un amplio sector de la sociedad estadounidense. Sin embargo, la elite demócrata es tan conservadora que intentará, por cualquier medio, legítimo o no, que en la próxima elección presidencial los represente Joe Biden, y se van a valer de triquiñuela y media para conseguirlo. De esta manera, sin querer o queriendo, van a favorecer a la reelección del actual inquilino de la Casa Blanca. Si Maquiavelo tuviera razón, habría que pensar mal para acertar, y en este caso, que la elite demócrata está interesada en el triunfo de Trump, lo que parece inaudito aunque no imposible.

Dante llama baratero al que trafica con el oficio que desempeña y se vende por los favores con que le sobornan los poderosos de la república, a los que debe su puesto. Cuando el protector cobra a los barateros por la protección, “mediante moneda, hasta el No truecan en Sí”, escribe Dante en la Divina Comedia.

Esto explicaría las meteduras de pata, pasadas y futuras, de la trinca demócrata. Es que no creen en el quinto foso, donde Dante los sitúa, en el que eternamente se van a calcinar en un lago de hirviente légamo y van a ser vigilados por demonios armados de arpones para que no escapen de ese suplicio. Si creyeran, por temor no ocuparían los puestos que ocupan ni harían las cosas que hacen. Y nadie es más baratero que la cúpula de la directiva demócrata, que, mediante artilugios de la peor especie, impidió que Sanders, quien pudo derrotar a Trump, sea el actual presidente de EEUU.

Aunque parezca mentira, es el propio Trump el que denuncia el chanchullo de los demócratas, que “emplean su magia buscando destruir al ‘loco’ Sanders a favor del más tradicional, pero no tan brillante, ‘somnoliento’, Joe Biden.” Y le recuerda a Sanders que el 2016 fue eliminado por Hillary Clinton: “Aquí vamos otra vez Bernie, pero esta vez muestra un poco más de ira e indignación cuando te jodan”, pues algunas encuestas dan una ligera ventaja a Biden sobre Trump, igual que antes favorecían a la Sra. Clinton sobre el actual presidente.

Trump la tiene fácil contra Biden, solo debe machacarle que, según el The Guardian, Hashim Thaçi, exjefe de la organización terrorista Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) y actual Primer Ministro de Kosovo, dirige a “un grupo albano, similar a la mafia, responsable en Europa Oriental del contrabando de armas, drogas y órganos humanos”; que según informe de Dick Marty, relator especial de derechos humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, las desapariciones y el tráfico de órganos están vinculadas al círculo político de Thaçi, y los testigos de estos hechos fueron asesinados para que no pudieran testificar; que el The New York Times publicó que los “cautivos” eran “seleccionados” por sus condiciones para ser “donantes”, tomando en cuenta el sexo, la edad, la salud y el origen étnico, que “ellos comprendían lo que estaba a punto de acontecer e imploraban a sus aprehensores para que tuvieran piedad de ellos y no los despedazaran”; que, según el informe de Dick Marty, “en cuanto se confirmaba que los cirujanos de trasplantes se encontraban presentes y listos para operar, sacaban a los cautivos uno a uno de la ‘casa segura’, eran ejecutados sumariamente por un pistolero del ELK y sus cadáveres eran transportados rápidamente a la clínica de operaciones”, donde les extraían los órganos para ser comercializados a nivel mundial.

Ahora bien, y luego de tanta lisura, ¿qué le podría responder Joe Biden a Donad Trump, si cuando él era Vicepresidente defendió todas esas barbaridades al reiterar su pleno apoyo a un Kosovo independiente y saludar el progreso del gobierno de ese país en la realización de reformas esenciales, que fortalecían el vigor de la ley y la democracia? El pez por su boca muere, jaque mate a Biden. En resumen, si para el mundo Trump es malo, Biden es mucho peor.

Pero Trump no la tiene fácil contra la Senadora Elizabeth Warren, exacadémica de la Universidad de Harvard, defensora de los derechos de los consumidores y los trabajadores, conocida por sus ataques a Wall Street y por pedir la reducción del presupuesto militar y el retiro de las tropas de Afganistán. Ella es una de las voces que más critica la política del actual mandatario, al que acusa de estar movido por la avaricia y el odio. Para colmo, plantea al Congreso abandonar “las consideraciones políticas y cumplir con el deber constitucional de proteger la integridad de la Administración de Justicia e iniciar un proceso contra el presidente de EEUU para defenestrarlo mediante un impeachment”, proceso político mediante el cual se puede separar a un presidente de su cargo por “traición, soborno y otros altos delitos y violaciones”, sin que se especifique cuál. Tom Steyer, un multimillonario que ha liderado una cruzada para destituir a Trump, llama a Elizabeth Warren “una de las personas en Washington que tiene el coraje moral de hacer lo correcto. Ocho millones de estadounidenses le están agradeciendo su liderazgo y su postura firme contra este peligroso presidente.”

En cambio, para Nancy Pelosi, Presidenta de la Cámara Baja, el impeachment “no es necesariamente la opción más efectiva para enfrentar a Trump, pues se aproximan las elecciones presidenciales” y el fracaso del impeachment favorecería a Trump, por lo que la mejor salida son las urnas.

El que tiene gran posibilidad de ganar esta elección es Bernie Sanders. Realmente, él no es del Partido Demócrata sino independiente y se proclama socialista democrático. Su candidatura de 2016 contra la Sra. Clinton fue un amotinamiento que cobró fuerza por sus posiciones contra el capitalismo descarnado, que rige en su país, por sus denuncias a las injusticias imperantes y por propugnar reformas profundas para combatir las lacras sociales que corroen a EEUU. Actualmente, Sanders es un senador, ducho en el funcionar político de Washington.

Beto O’Rourke es un exdiputado oriundo de El Paso, que está fuera del Congreso porque prefirió competir con el republicano Ted Cruz por un escaño en el Senado. Perdió la elección en Texas por un pequeño margen, pero su derrota dejó un sabor a victoria que, de alguna manera, golpeó a Trump. O’Rourke tiene también alto chance
de ganar por ser de centro y por haber votado junto a los republicanos en algunas ocasiones.

Alejandrina Ocasio-Cortez cuenta con 29 años y es la representante más joven de la historia del Congreso de EEUU, pero tiene gran ansiedad por cambiar el sistema de ese país. Es de origen puertorriqueño, defiende a la clase obrera y causó una enorme polémica cuando señaló que la administración Trump está dirigiendo campos de concentración en la frontera de Estados Unidos y México. Se refería a los centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU, que albergan a inmigrantes indocumentados que cruzaron la frontera y están en espera de ser procesados. Ocasio-Cortez señaló que algunos niños migrantes son llevados a las mismas instalaciones en que estuvieron internadas personas de ascendencia japonesa durante la Segunda Guerra Mundial y que por lo menos 24 personas, incluidos 6 niños, murieron durante el gobierno de Trump. “Una presidencia que crea campos de concentración es fascista, y es muy difícil decir eso”, señaló la congresista.

Por lo visto, está campaña va a tener tanto drama como en las obras de Shakespeare.