Por: Gustavo Ramos Mancheno
Y llegó el coronavirus y a todos nos arruinó, nos cogió en mal momento, sin fondos, sin reservas. Enseguida los contagios se multiplicaron por mil; los ciudadanos fallecidos sin honores despedidos. Cerradas las fuentes de producción, sin trabajo, sin ventas; hogares sin sustento. Y vino el confinamiento y un miedo nacional; hospitales en crisis sin insumos ni protección. Los ciudadanos atentos a informes a la nación, anunciando decisiones para la pandemia enfrentar. Y en los hogares viviendo un angustioso encierro, mientras afuera las ratas en el sector público royendo.
¡Qué miserables seres! si pueden llamarse humanos; aprovecharse de la tragedia para insaciables robarnos. Nunca se había visto tanta pestilente corrupción, realizar mañosos contratos en ilícita asociación. Funcionarios públicos designados por elección; y otros nombrados para saquear al Ecuador. La Señora Fiscal ejerciendo una lucha desigual contra un encadenamiento de impresionante corrupción.
¡Cómo nos indignan los jueces! que no saben ejercer la justicia que clamamos los ciudadanos de la nación.