Engels señaló alguna vez que “si la clase que posee el poder de la sociedad impide a millares de individuos las condiciones necesarias para la vida, si los coloca en un estado en que no pueden vivir, si los constriñe, con el brazo fuerte de la ley, a permanecer en un estado tal hasta la muerte, muerte que debe ser la consecuencia de ese estado; si esa sociedad sabe, y lo sabe muy bien, que esos millares de individuos deben ser víctimas de esas condiciones y, sin embargo, deja que perdure tal estado de cosas, ello constituye perfectamente un asesinato premeditado, como la acción del individuo, solamente que un asesinato más oculto, más pérfido, un asesinato contra el cual nadie puede defenderse, que no lo parece, porque no se ve el autor, porque es la obra de todos y de ninguno. Pero ello no deja de ser un asesinato premeditado”. En el régimen, pues, están las causas de la violencia. No lo ven así quienes buscan frenar -en defensa de sus privilegios, la lucha liberadora.
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