
Foto: Wikipedia
Por: Dr. Pedro Reino Garcés,
Cronista Oficial de Ambato
Introducción al I Simposio de Saberes Ancestrales: Justicia e Interculturalidad
GAD Municipalidad de Ambato
Viernes 1 de diciembre de 2023.
El problema histórico de la justicia es que desde siempre ha estado enredada no solo con la verdad, sino con el interés, el miedo, la moral de la dependencia, el perfil de los jueces, las prácticas culturales, los abusos de autoridad, los desacatos de la prepotencia; las interpretaciones de sus leguleyos; los contextos históricos y las costumbres; con las formas vulnerables de la ética y etcétera enredos desarrollados paralelamente para que se enraíce la impunidad. Además, porque las sanciones a lo considerado como injusto nunca tendrán las correspondientes equivalencias ni los métodos correctivos liados con los agravios.
Nos envuelve una semiósfera que tiene la expectativa de deconstruir los supuestos sobre justicia e interculturalidad en una instancia de nuestra historia en que se vive la incertidumbre de lo que se quiere entender por justo surgido de las subjetividades; de lo que se vende como verdades desde los libre mercados de la manipulación; de las prácticas del cinismo como justificativos del poder; desde la tolerancia al engaño como práctica de la democracia; desde la impotencia fundamentada en la ignorancia que nos ha ido hundiendo cada vez más en la esclavitud; todo esto y mucho más, amparado bajo el mejor faro que ilumina nuestro tiempo: el individualismo, el heroísmo económico y la corrupción y la audacia como virtudes de la degradación moral.
Pregunto: ¿Ya tenemos resuelto el caos sobre nuestra interculturalidad? ¿Será que hemos delimitado los perfiles de nuestra identidad para pretender hermanarnos en la nacionalidad que exige un Estado patriarcal?
Vamos al grano: ¿Nos tahuantinsuyisamos o nos destahuantinsuyisamos si queremos una patria profunda que no solo pregone la trinidad del incario manipulador con el ama llulla, el ama quilla y el ama shugua? ¿Ya tenemos aclarada nuestra historia quichuizada con mitimaes desarraigados que como opresores y oprimidos que repoblaron nuestra geografía hasta hacernos devotos del atahualpismo, que mantenemos como ícono asumido por esa parte de la historia irreversible? ¿Sabemos o saben las propias etnias sobrevivientes que perviven en sus genes principios de hacer justicia al modo cañari, al modo puruhá, al modo quitu-pantsaleo, shuar o waorani? No todos han de aplicar la mitología de la ortiga ni del bañito terapéutico en agua helada para componer el alma de un perverso.
Creo que destahuantinsuyizar es ahora irreversible porque equivale a deshispanizar la sangre y la cultura mestiza que heredamos. Por eso es que los investigadores nos hablan que más bien los indígenas que ahora son indomestizos, han optado el camino de su desindianización, por la fuerza que ejerce la cultura dominante: No solo van dejando su vestimenta y su lengua, sino que hasta se han adaptado a las formas occidentales de manipular y ejercer el poder.
Resulta importante discutir sobre la necesidad de que las etnias en esta plurinacionalidad que alude líricamente la Constitución, discutan y fijen sus códigos éticos, superando las prácticas mitológicas, y jerarquicen estímulos y responsabilidades culposas. Han de tener en cuenta que una cosa es aplicar justicia intra étnica; y es posible que dispongan de otras leyes aplicables a quienes vulneren derechos desde la externalidad de agraviadores a sus identidades y armonías de su convivir social. El propio Estado debe cobijar como vigente renovados principios como los que se ensayaron en los principios de la Colonia pero aplicables a su realidad pragmática y contemporánea; para que no resulte como aquella de no permitir que blancos, cholos y mestizos vivan en territorios de indígenas, que dicho sea de paso, fue motivo para que vivan enfrentados en los juzgados, como lo testimoniado que ocurrió en Tisaleo y Santa Rosa. Creo que se necesita volver a las 35 Leyes de Burgos de 1512 para partir de los fracasos y la demagogia en contextos de interculturalidad.
La convocatoria se ha hecho porque conviene escuchar las opiniones de especialistas en estas áreas de formación. No se ha pensado en confrontar sino en buscar caminos que exige la crítica en una sociedad donde se aplica la educación bancaria, como decía Paulo Freire: mirando a la gente como si fuese alcancía.