Los 84 años de la Unión Nacional de Periodistas del Ecuador -UNP-

Por: Wellington Toapanta Oyos

Periodista, Escritor e Historiador

(Discurso pronunciado con motivo de la celebración de los 84 años de la UNP)

 

Buenas tardes:

Gracias al Directorio de la Unión Nacional de Periodistas, UNP, que inicia hoy sus labores por honrarme exponer, ante tan selecto auditorio, huellas de su luminosa historia institucional.

La primera referencia de organización periodística del país es la ‘Sociedad Patriótica de Amigos del País de Quito’, promovida por nuestro insigne patrono y mártir Eugenio Espejo, el 30 de noviembre de 1791. En 1879, 88 años después, hubo amagues de asociación, cuando, en Guayaquil, La Nación llamó a los periódicos “a unirse y trabajar juntos por la Patria”. En 1884, El Telégrafo instó a crear la “Asociación de la Prensa”.

En el primer tercio del siglo XX, hubo efímeros ánimos organizativos, con el “Centro de Periodistas y Escritores” en 1909, la “Asociación de Periodistas” en 1923, la “Asociación de la Prensa de Quito” en 1924, y la “Asociación de Corresponsales y Cronistas” en 1934.

Pero, fue el 4 de mayo de 1936 cuando se estableció la primera organización con personería jurídica: el Círculo de Periodistas del Guayas, seguida por el Círculo de la Prensa de Quito, el 18 de agosto de 1937.

De estos procesos imposible ignorar a Julio Prado, Bolívar Coral, Manuel María Sánchez, Benjamín Carrión, Ismael Pérez Pazmiño, Ricardo Jaramillo, Hugo Alemán, Jorge Carrera Andrade, José de la Cuadra, Miguel Costales Salvador, Augusto Arias, María Angélica Hidrovo, Zoila Ugarte de Landívar. Disensos ideológicos evitaron progresos.

En el aún no festivo diciembre, en 1.939, en la oficina de diario El Universo, de Guayaquil, en Quito en la calle Venezuela, intersección Chile y Mejía, el corresponsal Eduardo Chalén Castillo, José Racines, Julio Alarcón y Luis Cabezas, destellaron ideas que, ulteriormente, materializaron la UNP.

Después, el 13 de enero de 1940, destacados intelectuales y escritores de la prensa, desligados del Círculo de la Prensa de Quito, establecieron, provisionalmente, el “Sindicato de Cronistas, Reporteros, Corresponsales y Periodistas en Servicio Activo”, dirigido por Augusto Arias.

El Sindicato reflejó influencia socialista en la mayoría de participantes. Días después, Carlos Mantilla Ortega sugirió mutar la denominación por Unión Nacional de Periodistas, para destacar su perfil nacional.

El nombre se debatió. La noche del 26 de enero de 1940, por moción de Eduardo Chalén Castillo, el Sindicato mutó en Unión Nacional de Periodistas, por decisión democrática de 15 de 22 socios fundadores presentes, con objetivos perennes: agrupar a todos los miembros de la prensa del país, colocarlos al servicio del más alto ideal cultural del Ecuador, procurar su perfeccionamiento profesional. En otra sesión fue definida la insignia institucional: las iniciales UNP y la magna pluma, que perduran.

El nacimiento de la UNP no fue resonante. En esos días dominaban las páginas de los periódicos refriegas políticas por el presunto fraude electoral a favor del presidencial Carlos Alberto Arroyo del Río. Dos días después, el domingo 28, en interiores, El Comercio publicó un escueto resumen de la asamblea, titulado ‘Periodistas en servicio activo eligieron Directorio’.

El primer directorio institucional fue integrado con destacados intelectuales y escritores de la prensa: presidente, Carlos Mantilla Ortega; vicepresidente, Jorge Pérez Concha; secretarios, Atanasio Viteri y Gustavo Vallejo; Tesorero, Manuel Ocaña; Síndico, Víctor Gabriel Garcés; Bibliotecario, José Alfredo Llerena; Vocales: Jaime Barrera, María Luisa Calle, Félix Miguel Albornoz, Federico Gonzalo Suárez, Humberto Silva, Eduardo Chalén Castillo y Gerardo Enríquez.

El 20 de mayo el Ministerio de Previsión Social comunicó la aprobación del Estatuto institucional. La UNP primero trabajó en oficinas alquiladas, hasta que, en 1946, el directorio presidido por Miguel Albornoz impulsó la construcción del primer edificio, con un crédito de la Seguridad Social, en la intersección de las calles García Moreno y Manabí, en Santa Bárbara, en el sitio mismo donde, en 1592 estalló la histórica Revolución de las Alcabalas.

Después, este local fue entregado a la Seguridad Social y con el remanente se compró una casa en la Carvajal, atrás del Seminario Mayor.

En los años 60 Quito se expandía hacia el norte. El paisaje de la llanura de Iñaquito solo lo interrumpían el Hipódromo y el Estadio Olímpico ‘Atahualpa’. El directorio, presidido por Oswaldo Paz y Miño, obtuvo del alcalde Jaime del Castillo la donación de 1.457 metros cuadrados. Luego de estudios del suelo, el 22 de diciembre de 1968 se colocó la primera piedra de este magno edificio, inaugurado, el 24 de agosto de 1973, por el directorio presidido por Jorge Mantilla Jarrín y el alcalde Sixto Durán Ballén.

Retrocedamos 29 años. Fiel al ideario de Espejo, la UNP materializó su afán de progreso del Ecuador. Enarbolando el lema: ‘Un analfabeto menos, un ciudadano más’, el 30 de abril de 1944, cuando era inevitable la caída del gobierno de Arroyo del Río, inició la “Campaña Nacional de Alfabetización de Adultos”. El 31 de julio, el presidente Velasco Ibarra oficializó esta cruzada nacional, la Asamblea Constituyente la confirmó el 15 de febrero de 1945, expidiendo la Ley de Alfabetización.

Con LEA, activa en el litoral y Galápagos, la UNP, hasta 1950, alfabetizó, incorporó como ciudadanos a 150.281 ecuatorianos. Entonces, quienes no sabían leer ni escribir no eran ciudadanos. Organizaciones populares, con entusiasmo, se vincularon al trabajo, como la Federación Ecuatoriana de Indios, presidida por Dolores Cacuango. El analfabetismo cayó del 51% al 42%. La campaña continuó hasta 1961.

Y bien: propósito fundamental de la UNP es que nuestro periodismo profesional trabaje bajo parámetros internacionales. En 1975 propuso un proyecto de Ley de Ejercicio Profesional del Periodista; casi sin reservas el gobierno de Guillermo Rodríguez Lara lo aceptó, pero provocó críticas de empresarios de los medios de comunicación. El Subsecretario de Gobierno, Milton Álava Ormaza medió la situación y el 18 de septiembre vio luz la ley, la que 38 años después fue sustituida por la ignominiosa e inconstitucional Ley Orgánica de Comunicación. Hoy la UNP está atenta al Reglamento de la nueva Ley. Brega por la efectiva protección al trabajo periodístico, por la libertad de información, expresión y de opinión.

Desde su inicio, la UNP dinamiza la capacitación profesional de sus asociados, relevante cuando coprotagonizó la dirección de CIESPAL, actividad que no cesa, ahora con su moderno Centro de Capacitación.

La UNP valora y premia el periodismo de calidad. Su insigne concurso ‘Eugenio Espejo’ tiene prestigio nacional e internacional. La producción bibliográfica de sus socios es prolífica, destacan investigaciones sobre tramas en gestión estatal.

En fin, son 84 años de historia magnífica. La UNP es la organización más representativa de los periodistas ecuatorianos, no solo porque promueve el ejercicio profesional ético, el respeto a las libertades democráticas, la vigencia de las instituciones republicanas, el desarrollo nacional, sino por su energía contra quienes vedan fuentes de información, contra quienes acosan al ejercicio profesional del periodismo. ¡Vigorosa Historia la de la UNP!

Señoras y señores.

Quito, D.M., UNP, 8 de febrero de 2024