Por: Fernando NaranjoVillacis | fnaranjo@gye.satnet.net 

La vida es un constante aprendizaje. Antes que maestros debemos considerarnos alumnos para asimilar las infinitas enseñanzas que nos proporcionan la naturaleza, la gente, las circunstancias.

A lo largo de la existencia, me ha tocado tratar dentro y fuera del país, con todo tipo de personas, desde los más encumbrados hasta los más humildes; esta grata experiencia, ha fortalecido el personal criterio para compartir en charlas o escribir artìculos referentes a tantos aleccionadores testimonios que constituyen inspirativas para avanzar con entereza.

Da infinita tristeza enterarse de personas valiosas, con atributos intelectuales y especiales destrezas, que se desperdician por falta de oportunidades. Es preciso detenerse a pensar en este caudal de talentos existentes para felicidad de nuestro país y de la humanidad; merecedores de admiración y que no son “famosos” como ahora se acostumbra llamar a cualquier cosa que por ahí surge muchas veces producto de algún escándalo farandulero, con aires de divas o divos, pretendiendo postularse para ocupar dignidades gubernamentales,  las mismas que requieren de alta capacidad y a leguas se nota su nivel de incompetencia. Por lo expresado, en Guayaquil, la sabia ironía del pueblo, propuso la candidatura de “don burro” y en Cuenca a “don borrego”, como manifestación de rechazo a esta alocada e irresponsable propuesta electorera.

En esta era del conocimiento; de la robótica, la genética, la informática; es necesariamente urgente, descubrir y destacar los talentos que constituyen el recurso estratégico básico para fomentar bienestar social y rescatar al país del indecente estancamiento tercer mundista en el que desperdiciamos nuestra invaluable riqueza.

Los muchachos en su léxico popular acostumbran decir: “Habla serio”… y eso es lo que se debería hacer para alcanzar los más altos objetivos del bien común. Hablar serio, actuar con seriedad para retornar al campo, amar la tierra. Tratar de lograr la maravillosa armonìa con la naturaleza. Respetar a la gente. Elevar la calidad de la educación y competitividad de la producción nacional. Generar al máximo el ahorro público para fomentar saludable equilibrio en la economía y usar de modo más eficiente los recursos financieros para que sea más eficaz el logro de los objetivos planteados.

Con un poco de voluntad política, esto, se puede lograr, total…no es difìcil vivir, todo es cuestión de poner a funcionar creativamente, valores humanos como: Orden; respeto; honradez; justicia; tolerancia y dedicaciòn al trabajo con seriedad y responsabilidad. Es una forma de amar la vida para disfrutarla a plenitud.