Por: Dr. Juan Morales Ordóñez
Uno de los cuatro ámbitos del quehacer de las universidades e institutos superiores técnicos y tecnológicos es su vinculación con la comunidad.
Históricamente existen, como en toda acción humana, momentos referenciales con los cuales se puede conectar el actual, en este caso la articulación de las instituciones de educación superior con la comunidad en la cual desarrollan sus actividades. En décadas anteriores se habló de extensión universitaria para denominar al proceso de relacionamiento de las universidades con la solución de los problemas de los distintos sectores de la sociedad.
El primer ejercicio gubernamental de evaluación y acreditación de la calidad de la educación superior en el Ecuador, que se inició en el 2002 con el CONEA, socializó y difundió ampliamente la denominación de “vinculación con la colectividad” para definir a las acciones que debían ejecutar obligatoriamente las universidades o institutos de educación superior en su relación con la comunidad.
Hoy, el nombre ha permanecido y el actual sistema de evaluación, acreditación y aseguramiento de la calidad de la educación superior, considera a la vinculación con la colectividad, definiendo indicadores que debe cumplir esta actividad y determinando las evidencias que deben ser presentadas para demostrar el accionar institucional en este campo. Se exige entonces, como evidencias, la existencia de estados financieros, balances generales y balances de comprobación que tienen el objetivo de verificar los niveles de correlación entre la asignación presupuestaria inicial y su ejecución a través de los montos totales asignados y ejecutados en programas y proyectos de vinculación con la colectividad.
Probablemente sería importante incluir indicadores que relacionen la vinculación con la colectividad con los otros momentos de la actividad universitaria, como son la docencia y la investigación.
Si la vinculación es entendida únicamente como el momento en el cual la universidad se relaciona con actores sociales externos, sin considerar la participación que tienen los estudiantes en ese proceso y sus efectos en la docencia, se estaría dejando de lado una valiosa práctica académica que contribuye, sin duda, al mejoramiento de la calidad de la enseñanza-aprendizaje.
Cada profesor prepara y ejecuta una serie de acciones con el fin incidir positivamente en el proceso de formación del estudiante, siendo su participación en proyectos de vinculación con la comunidad un momento valioso que debe ser considerado, como indicador de calidad, también en el ámbito de la docencia. Así, la vinculación con la colectividad se conecta con la docencia… y la fortalece.
El Dr. Juan Morales Ordóñez, es Coodinador de El Observatorio Nacional Temático de Ecuador, OBNAT-EC con sede en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), y adscrito al Observatorio de Movilidad Académica y Cietífica OBSMAC-IESALC-UNESCO.