Demuestran que Ecuador está viviendo un cambio social inclusivo

El “Atlas de las desigualdades socio-económicas del Ecuador” presentado recientemente por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES), demuestra claramente que en el Ecuador estamos viviendo un cambio social inclusivo que combina reducción de pobreza, reducción de desigualdad y aumento del consumo por habitante. En periodos anteriores este tipo de cambio social era inexistente. Más aún, desde el ámbito de la investigación internacional comparada, son pocos los países en el mundo que logran combinar acertadamente los tres factores mencionados. Ecuador lo ha logrado, y por ello es fundamental mantener esta perspectiva revolucionaria de cambio social.

Así lo expresan Pabel Muñoz, Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo y Ana María Larrea, Secretaria Técnica para la Erradicación de la Pobreza en el Ecuador. Ellos son los artífices de la elaboración del Atlas de las desigualdades socio-económicas del Ecuador, elaborado con el apoyo de las Naciones Unidas y de la Universidad Andina Simón Bolívar.

Desde la nación del Buen Vivir se construyó un índice de Desarrollo Social con 19 indicadores que describen cómo vivíamos en 1990 y cómo estamos ahora. El estudio demuestra un progresivo aumento en la calidad de vida de los ecuatorianos y ecuatorianas entre 1990 y el 2010. Sin embargo, el mejoramiento de las condiciones sociales es mucho más acelerado en la última década, en la cual el ritmo de mejoras casi se duplica. El índice social comparativo pasa de 55% en 1990 a 69% en 2010, explican Pabel Muñoz y Ana María Larrea.

Agregan que durante la última década, la pobreza se redujo en el 90% de las parroquias del país, en contraste con el periodo 1990- 2001, en el cual la pobreza aumentó en 424 parroquias. Esto se debe a un cambio de prioridades en la política pública, pues ahora los derechos dejaron de ser mercancías, el ser humano es el objetivo principal de la acción gubernamental.

Según Pabel y Ana María, en los distintos y variados mapas que contiene el Atlas de las desigualdades socio-económicas del Ecuador se observan brechas que empiezan a cerrarse. Por ejemplo, actualmente ya no existen diferencias de acceso a la educación primaria entre las áreas urbanas y las rurales, o entre mestizos, indígenas y afroecuatorianos. Actualmente, todos los niños y niñas del Ecuador asisten a la escuela. En educación superior hay más estudiantes mujeres, con una diferencia de seis puntos porcentuales. Las brechas en la diferencia salarial entre hombres y mujeres también se acortaron. En el 2005, los hombres percibían un ingreso 40% más alto que las mujeres; ahora la diferencia es del 14%.

La información que trae el Atlas se presenta gráficamente mediante mapas que permiten visualizar las diferencias territoriales existentes y los cambios alcanzados en los últimos veinte años. El Atlas además contribuye con una tipología de los territorios en el Ecuador de acuerdo con sus condiciones sociales.

Opinión Internacional

Diego Zorrilla, Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en el Ecuador,  y presente en el lanzamiento del  Atlas opina:” Este Atlas de desigualdades socio-económicas del Ecuador, a nuestro juicio, constituye un aporte de proporciones continentales a la construcción de una nueva métrica para las políticas públicas y el desarrollo desde una perspectiva de derechos”.

Agrega: ”Este innovador instrumento técnico, visual y de fácil manejo constituye un complemento de suma importancia para la toma de decisiones y para la generación de política pública que permitan avanzar en la implementación de los mandatos constitucionales. Su utilización ilustrará la continua voluntad del gobierno ecuatoriano de construir una sociedad más justa, en la cual el ejercicio de derechos sea el denominador común de los habitantes de este país”.

Y Concluye:” Esperamos que esta herramienta, a cuyo desarrollo el Sistema de las Naciones Unidas en el Ecuador tuvo el privilegio de contribuir técnica y financieramente, se convierta en un referente indispensable para la formulación y seguimiento de las políticas públicas del país –y un ejemplo a seguir en otros países- de manera que permita cumplir con la necesidad de priorizar la atención y los recursos en aquellos grupos y regiones que están más rezagados, así como sostenerla en aquellos en los que, desde ya, se registran avances importantes en la reducción de brechas”.

¡Erradicar la pobreza es un imperativo moral! El Atlas deberá servir para tomar decisiones acertadas.

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