Desde su fundación en 1992, la Sede Ecuador de la Universidad Andina Simón Bolívar, ha concentrado su mayor atención en el desarrollo de la investigación científica como una prioridad institucional vinculada a sus programas de posgrados que ejecuta a nivel de doctorados, maestrías y especializaciones.

En forma permanente, la Andina impulsa a sus docentes de planta, de contrato y alumnos graduados de maestría o doctorado, el desarrollo de proyectos multidisciplinarios de investigación.

Como apoyo a esta tarea se creó el Fondo de Investigaciones, instancia que otorga ayuda financiera para la ejecución de investigaciones de alcance nacional o regional. Dicho fondo se sustenta con los recursos institucionales destinados exclusivamente a este fin.

La investigación alimenta la docencia, asegura Pablo Ospina, presidente del Comité de Investigaciones, que tiene a su cargo el Fondo, y lo corrobora al señalar que es una forma de acercarse a los problemas que interesan a la sociedad, por ello sus resultados puede ser utilizados no solo en la divulgación científica sino aplicados en los procesos productivos del país o la región.

Hasta 2014 el Fondo ha recibido un total de 332 proyectos de investigación. Para los próximos años la meta es crecer mucho más esta cifra, sobre todo tras la aprobación de una nueva modalidad llamada proyectos colectivos, los cuales tendrán un carácter interdisciplinario, de larga duración para su ejecución, y de mayor alcance.

Con los proyectos colectivos se espera lograr un vínculo entre áreas de conocimientos. “Un mismo tema, por ejemplo la migración, puede ser analizado desde diferentes perspectivas y por diferentes especialistas”, explicó Sonia Figueroa, responsable de la oficina de proyectos.

Pero ¿qué sucede con los resultados de las investigaciones? O ¿de qué manera pueden ser un aporte a la sociedad? Efectivamente, esa infinita generación de conocimientos debe contribuir y responder a los requerimientos del país. Para Pablo Ospina, conocer mejor sobre un problema nacional no es garantía de que se lo va a resolver bien pero proporciona una mejor herramienta para la búsqueda de soluciones. “Quiere decir que podemos descubrir sus causas y conocer también las consecuencias de cualquier otra intervención que se haga sobre ese problema. La investigación nos da elementos para prever mejor los efectos de las acciones públicas o privadas”.

En definitiva, la investigación supone una profunda responsabilidad con la comunidad a la que se busca servir y a la que se rinde cuentas, a través de la investigación y la divulgación de los resultados alcanzados.

La investigación y su aporte a la sociedad

Desde 2007, Ramiro Ávila, docente del Área de Derecho, ha presentado algunos proyectos de investigación en forma continua.

“Es una oportunidad única que un par o un tercero pueda analizar tu proyecto, porque te permite corregir fallas metodológicas, marcos teóricos, la estructuración del proyecto de investigación. Otra ventaja es que el Fondo exige que un lector revise tu investigación. Yo valoro mucho estos informes ciegos y este diálogo académico con un lector que me permite fortalecer otros aspectos de la investigación”,anota.

Su más reciente trabajo se titula La concepción de la naturaleza en el pensamiento crítico latinoamericano. “Estoy descubriendo que el pensamiento occidental divide al ser humano de la animalidad y al ser humano de la naturaleza, y de esa forma se explica por qué el pensamiento es tan agresivo y extractivista con los recursos naturales y los utiliza como un bien”, dice.

“Hace poco, el gobierno autorizó la explotación del Yasuní ITT y hay un grupo de la sociedad civil que está resistiendo a ese proyecto. El debate se centra en que se si los derechos de la naturaleza implican mucho más que la gestión de los recursos naturales. Vemos que los movimientos indígenas, los ecologistas, los Yasunidos están buscando formas de resistir a la explotación”, explicó.

Los proyectos de investigación, en cifras

De los 332 proyectos de investigación que ha recibido el Fondo de Investigación, 265 fueron aprobados, concluidos y financiados en su totalidad. De ellos, 87 corresponden al Área de Derecho, 59 a Letras, 48 a Estudios Sociales y Globales y, en un número menor, a las otras cinco áreas académicas de la Universidad.

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