La evaluación en la educación superior

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

La evaluación en la educación superior se dirige a la aprobación de asignaturas no al crecimiento de conocimientos y habilidades.

Nuestros estudiantes de las universidades ecuatorianas son inteligentes, pero, la evaluación se dirige a la aprobación de asignaturas y ellos se concentran en conseguir los puntos necesarios para aprobar las mismas, no importando el hecho que aprueben con el mínimo puntaje.

La educación superior es mucho más que eso, ya que se dirige al desarrollo de nuevos conocimientos, a la investigación científica de nuestra realidad, a la construcción de nuevos profesionales que sepan tomar decisiones en las empresas, en fin, al encuentro de nuevas metodologías para el aprendizaje. En definitiva, a la formación de estudiantes-investigadores que tienen de tutores a docentes-investigadores.

La idea es, entonces, la creación de estímulos para que los estudiantes no solo busquen la aprobación de materias sino la superación personal permanente hacia el crecimiento intelectual que les permita, por ejemplo, ser escritores, luego de pasar por el mundo de lectura comprensiva de textos y libros. Un estímulo es el otorgamiento de becas y medias becas para los estudiantes sobresalientes; también las universidades deben estructurar certámenes, concursos y defensas orales de proyectos, con el fin de incentivar a los estudiantes a su crecimiento intelectual, a través de la donación de un lote de libros; las ayudantías de cátedra, son también un estímulo para los estudiantes sobresalientes que desean ser docentes en la universidad que les formó, lo cual les posibilita un estímulo económico; hay otros estímulos para el desarrollo de la personalidad, cuando un docente permite a sus estudiantes, la realización de mesas redondas, foros y paneles, bajo su conducción y guía, aunque no hay estímulo económico se les entrega valores de disciplina, orden, compromiso institucional y solidaridad que, de seguro, lo aplican cuando son profesionales.

Les voy a describir un caso para el análisis, a través del siguiente relato: “La estudiante Ericka Báez, desea ser comunicadora social, a más de que aspira escribir artículos de opinión. Su profesor le da la oportunidad de escribir y hacer lo que le gusta. Pronto, la estudiante asimila habilidades y destrezas para escribir artículos de opinión, luego, artículos científicos y culmina con ensayos científicos, lo cual le permite sobresalir y lograr profesionalizarse con un conjunto de conocimientos previos adquiridos en su vida de estudiante”.

En conclusión, los docentes podemos transformar a nuestros estudiantes, pero, primero, debemos hacer que se sientan importantes y, luego, entregarles valores para que sean profesionales para un mundo en constante transformación. Hay que generar nuevos tipos de evaluaciones que permitan el desarrollo de conocimientos junto al desarrollo de habilidades y destrezas para ejercer eficientemente una profesión.

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