Por: Fernando Naranjo Villacís fnaranjo@gye.satnet.net
Ya estamos nuevamente en diciembre. Aún nos queda la impresión de que hace apenas pocas semanas celebrábamos navidad y despedíamos al 2013. Pero la realidad es que el tiempo anda con sus prisas cósmicas y no nos da respiro. Nuevamente nos tiene en los “corre corre” propios de estas fechas.
Pero todo tiene su recompensa. En este último mes del 2014, como que volvemos a mirar al cielo con ojos de esperanza, de bondad y de alegría. Aunque con pocos recursos en el bolsillo, pero con inmenso amor en nuestro corazón. Nos toca ponerle buena cara al mal tiempo y mantener esa sonrisa.
Conozco el caso de José; un padre de familia quien, desde hace cuatro años, no consigue trabajo. Tiene dos hijos pequeños y este pariente de “Mandrake”, hace mágicos malabares “cachueleando” para llevar el sustento a su familia. Diciembre lo estresa. Las ilusiones de los niños envueltas en papel regalo y toda la fantasía que llega con la publicidad, lo deprime pues ya no sabe qué más hacer para obtener un empleo estable y así otorgar un poco de felicidad y seguridad a sus amores.
Todo no es color rosa. La realidad, en su caso, es un permanente “bad day”. Pero, a pesar de los pesares, algo mágico sucederá y podrá salir adelante, dice optimista. Así como José, muchos son los adultos y niños que estarán, en esta navidad, a la espera de almas bondadosas. Felizmente el voluntariado existe y con su cristiana inspiración, hará realidad el milagro de la generosidad para con los más desamparados.
En mis recuerdos están los gratos momentos de amigos y familiares que se reúnen en navidad y año nuevo para los emotivos reencuentros que posibilitan la calidez de los abrazos y, con ellos, ese intercambio de saludable energía que nos agrupa en este mundo que, de a poco, como que se va deshumanizando.
Pongámonos como tarea, ejercitar los afectos para contribuir a armonizar nuestros sentimientos y así darle sentido a la vida. Comenzar a querernos a nosotros mismos, aceptarnos tal como somos, porque si yo me quiero, me respeto y me valoro tal como soy, la vida se encargará de quererme, respetarme y valorarme.
Pienso que es la mejor forma de conocerse a uno mismo y saber que si yo estoy en paz, encontraré paz en los demás.