La Carta de Jamaica

Por: Dr. Jorge Núñez Sánchez
Presidente de la Aacademia de Historia

La Carta de Jamaica fue otro de los hitos de la unidad latinoamericana. Fue redactada por Simón Bolívar en 1815, cuando tenía 32 años y se hallaba exiliado en Kingston, tras efectuar en Venezuela la Campaña Admirable y ser derrotado luego por las huestes de José Tomás Boves. Y estuvo dirigida a Henry Cullen, un intermediario político del Gobierno inglés.
En ella plasmó Bolívar algunas de sus ideas fundamentales. Mostró las iniquidades de la dominación colonial sobre nuestros pueblos indígenas y mestizos, resaltó las causas de la lucha emancipadora y denunció la brutal represión española contra los patriotas insurgentes.

Mostrándose como un adelantado de la sociología y la antropología, reflexionó sobre la esencia cultural del mestizaje y mostró al criollismo como una nueva escala de la historia humana: “Nosotros somos un pequeño género humano. … No somos indios ni europeos, sino una especie intermedia entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles. … Así nos hallamos en el caso más extraordinario y complicado…”.

Luego, en nombre de los pueblos americanos, evaluó la incapacidad de España para abastecer a sus colonias, comerciar con ellas y mantenerlas bajo su control. Y, por lo mismo, invitó a los países europeos a respaldar la independencia de América, resaltando que ello podía reportarles grandes ventajas comerciales.

Lo más importante es que el Libertador perfiló en ese texto su sueño de una Hispanoamérica confederada, que tuviera en el istmo de Panamá un punto de confluencia política de todas las nuevas naciones hispanoamericanas y también de estas con las demás naciones del orbe.

“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse,” afirmó el Libertador.

Doscientos años después de haber sido escrita en el exilio, la Carta de Jamaica se nos revela en toda su formidable dimensión humana y política. Nos muestra la erudición de un hombre universal, que tenía un conocimiento sorprendente de la geografía, la demografía, la economía y la historia de todas las regiones americanas. Es un muestrario de las ideas fundamentales de Bolívar y, sobre todo, de su acabada visión americanista.

Y es casi un texto profético, en el que el Libertador fijó las potencias y debilidades de nuestros pueblos y los grandes tropiezos que habrían de enfrentar en su esfuerzo por constituirse como naciones independientes, pero previó también su natural tendencia a la unidad y a la integración, que para concretarse requeriría, en su opinión, de “efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos”.

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