Poeta Mayarí Granda Luna

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

Mayarí Granda Luna (Quito, 1977) es hija de los poetas Euler Granda y Violeta Luna, dos referentes de la lírica ecuatoriana del siglo XX. El ambiente familiar influenció en su poesía, tanto en la línea literaria como en el ambiente cultural, lo que derivó en la creación poética, que a partir de esa doble influencia logró una voz propia, aunque tiene en sus manos la poesía euleriana de su padre. Su madre, la poeta Violeta Luna, ha manifestado que cuando ella se ausente, Mayarí quedará en la poesía.

Su primer poemario es “Palabras con el eje roto” (1995, SINAB), donde la voz lírica denota preocupación por cuestiones sociales, y deja entrever uno de los escenarios que se volverán recurrentes en su obra posterior: la ciudad, donde los conflictos partirán de la observación y vivencialidad, a veces con un tono de impotencia y otras reforzadas de ira.

Leamos dos poemas: “Círculo vicioso”: /Estamos acostumbrados/ a ver morir gente como moscas,/ esquivamos nuestro rostro/ y volvemos a caminar/ en ese círculo vicioso/ husmeando entre mostradores/ y cristales abarrotados/ con tu vida comercial,/ Sin tu vida pornográfica,/ con tu soledad pintada al último hit de la moda,/ y tú tras tu artificio./ Estamos acostumbrados a la regresión,/ A un sol con cosméticos,/ A una noche con estrellas de lata,/ Acostumbrados a este aspecto externo/ Y a vivir/ Nuestra irreal historia de telenovela.

“Lunes”: Los lunes vuelvo a retomar las ideas, / vuelvo a sorber el café/ con ese sabor del desaliento,/ vuelvo a caminar con el trajín,/con el apuro,/ con la ciudad ardiendo/ por el sol que abre sus grandes ojos/ y los posa encima/ como todos los lunes/ de cualquier año, de cualquier historia,/ de cualquier tiempo./ Vuelvo a sumirme/ en días y risas prestadas./ Me pongo la máscara./ Subo a escena, repaso el papel,/ busco algo, un sol, un silencio.

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