Violencia terrorista

Por: Fernando Naranjo-Villacís fnaranjo@gye.satnet.net

Viernes negro en París. Estamos apesadumbrados por los ataques terroristas que han provocado un drama de vidas humanas, hasta ahora con 132 muertos y más de 300 heridos. Seguimos con dolor las terribles noticias, pensamos y oramos en estos momentos de tribulación y dura prueba, pidiendo por las víctimas mortales de este acto de desviación criminal, de horror y crueldad extrema.

En estos momentos de compasión y solidaridad, hacemos propias las palabras del papa Francisco: “Tanta barbarie nos deja consternados y nos hace preguntarnos cómo el corazón del hombre pueda idear y realizar actos tan horribles, que han asolado no solamente a Francia sino también al mundo entero. Ante tales hechos, no se puede no condenar la incalificable afrenta a la dignidad de la persona humana. Deseo volver a afirmar con vigor que ¡el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humanidad! Y que utilizar el nombre de Dios para justificar este camino ¡es una blasfemia!”

Francia está en campaña electoral con elecciones regionales el 6 de diciembre, y en preparación de una conferencia mundial sobre el clima (COP 21), la cual debe comenzar el 29 de noviembre. ¿Será posible recibir a numerosos Jefes de Estado y decena de millares de personas, considerando la delicada situación señalada al comienzo de este comentario..?

Es preciso a nivel planetario, incrementar políticas orientadas a modificar y reforzar la lucha contra el terrorismo. Ojalá y pronto dejemos de leer a diario noticias con escenas dramáticas de refugiados y desplazados. Conmueve observar tanto miedo e impotencia con las horrendas secuelas del hambre, desempleo y corrupción.

Para el incremento de una adecuada convivencia universal, inculquemos a nuestros hijos y en lo posible, que sean parte de la pedagogía social, los temas de tolerancia, responsabilidad y paz para lograr una dimensión distinta dejando de lado el exaltado discurso y acciones violentas que promueven odios, terror y caos.

Ante los momentos cruciales que atraviesa la humanidad, debemos ofrecer nuestro aporte personal. Entrenarnos para actuar ante situaciones de pánico. Mantener el equilibrio emocional para reaccionar ante cada circunstancia con respuestas adecuadas. De alguna manera estaremos prevenidos, seremos personas más decididas, más estables y aprenderemos a defendernos de esta sociedad perturbada.

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