La hora de la verdad

Por: Rodolfo Bueno

Que en Venezuela las elecciones han sido pacíficas y transparentes, que el pueblo ha tenido todas las garantías democráticas para expresar su voluntad, que esta favoreció a los sectores llamados de derecha, que los electores han votado por el cambio, todo esto es cierto, pero también es cierto que este país es la primera víctima de la guerra económica petrolera que se da entre las grandes potencias.

Y la mayor lección: se debe aprender a manejar una sociedad en época de crisis, se debe aprender economía, se debe establecer puentes que permitan a todos los sectores productivos colaborar en el desarrollo de un país.

Para el presidente boliviano Evo Morales, “el imperio no duerme, tiene varias guerras contra los pueblos y gobiernos antiimperialistas” en su búsqueda “del control geopolítico” de la región. Así es, pero las fuerzas progresistas tampoco deben colaborar con ese proyecto cometiendo barrabasadas. Mantener múltiples tipos de cambio de divisas o los combustibles a precios irrisorios solo sirve para fomentar la corrupción y el sabotaje económico.

Hay que ganar la batalla por conquistar a los sectores productivos, para lo cual se debe estimularlos para que la producción crezca y se obtenga una real soberanía económica. Ventajosamente, se ha perdido una batalla, muy importante por cierto, pero no la guerra. El modelo actual debe ser revisado a la luz de los resultados. Se debe aprender de Rusia que supo crecer, pese a las sanciones que le impusieron, o de Bolivia, donde se han hecho bien las cosas. Por algo la sabiduría popular reza: No por mucho madrugar, amanece más temprano.

¿Sabrá la oposición venezolana respetar las conquistas sociales logradas por la Revolución Bolivariana o para eliminarlas se lanzará por el camino de la violencia, que a nada conduce? Todo depende de lo que le ordene Washington, que la dirige. Y no es que uno quisiera que se sumaran al Proyecto Bolivariano, eso sería pedir peras al olmo, sino que tengan su propio proyecto. En fin de cuentas representa a la burguesía de Venezuela y la burguesía debe defender sus intereses, que están ligados al desarrollo nacional. Pero hace mucho que eso no es así. La burguesía de casi todos los países europeos se ha convertido en vasalla del imperialismo mundial globalizado, IMG. Si esto pasa en Europa, donde nació la burguesía, no se diga en nuestra América, que se independizó de los europeos.

En Venezuela ganó la oposición y el Gobierno, como debe ser, aceptó esa realidad. Si el pueblo elige, el pueblo manda y si se equivoca, que lo juzgue la historia y no el IMG. Por eso, lo que la oposición y el Gobierno hagan ahora marcará por largo rato el destino de un gran sector de nuestra América, el ser o no ser de nuestros sueños.

Se trata de que aprendan a sumar voluntades y propuestas que consoliden la unidad de los venezolanos, antes de que se desgasten en luchas fratricidas, que a nada conducen; se trata de que comprendan que la intangible paz no tiene precio. O los venezolanos se reconcilian o perderán décadas valiosas en llegar a donde deben ir.

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