Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
La desburocratización, en tanto desarrollo del proceso contralor y decisional democrático de la gestión gubernamental en todas las instituciones públicas, es la vía para proceder a desmontar la estructura burocratizada. Las universidades privadas cofinanciadas deben ser desburocratizadas, ya que reciben fondos del Estado. Una universidad desburocratizada, que ha dejado de ser obesa, permite el desarrollo institucional a través de la optimización del trabajo que refleja resultados.
Una de las instituciones que por su cometido sociocultural podría rápidamente iniciar el proceso de desburocratización y de ejercicio de la democracia es la universidad ecuatoriana, a través de la constitución de los Consejos Democráticos de los Trabajadores Universitarios, que deben existir en nuestras universidades. Su entrabamiento burocrático-estructural impide su transformación integral. La posibilidad de su transformación radicaría en desatar procesos que reviertan sus dinámicas a nivel estructural, de gestión y de funcionamiento. Para ello se requeriría la construcción de un movimiento social institucional aglutinador de las fuerzas de cambio y su respaldo ciudadano, bajo un plan de acción que especifique los cambios en las dinámicas indicadas.
Los Consejos Democráticos de Trabajadores (docentes, administrativos y trabajadores), al margen de los burocratizados gremios, junto a los necesarios Consejos Democráticos de los Estudiantes y su convergencia organizada con los Consejos de cada institución universitaria, al actuar con sus voceros, del cogobierno universitario, sobre cada instancia de gestión o administración, pueden constituir la fuerza imprescindible para impulsar y sostener en el tiempo la transformación antiburocrática de las instituciones de educación superior. Esta fuerza actuaria, sobre todos los ámbitos y esferas que implican la vida institucional universitaria (formación integral, investigación e innovación científico-intelectual-cultural, de vínculo o interacción comunitaria, administrativo-funcional, gestión político-institucional, etcétera).
Hay universidades, por ejemplo, que funcionan con: Vicerrector Académico, Director Académico y Coordinador Académico que son, en definitiva, tres cargos con la misma función. Pueden funcionar solo con un Director Académico. Siendo las funciones principales de la universidad la investigación, docencia y vinculación a la colectividad, deben existir 3 directores para estos ámbitos. Los demás campos: cultura, publicaciones y capacitación, solo deben tener docentes principales responsables, que acreditan sus horas de investigación y/o gestión, por la política universitaria de austeridad.
Una facultad universitaria, pequeña o de mediano tamaño, puede funcionar solo con Decanos.
En fin, el cambio dependería, de que se sustenten todas las demás transformaciones en la estructura universitaria, que posibilite la creación de la universidad ecuatoriana del siglo XXI.