100 Años de los juegos florales hispanoamericanos

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

Un certamen literario anual de poesía, novela y ensayo, organizado por la Comisión Permanente de Juegos Florales Hispanoamericanos y la Municipalidad de Quetzaltenango, Guatemala. La premiación se realiza cada mes de septiembre en el Teatro Municipal de la ciudad.

El año 1916, fueron organizados los Juegos Florales Nacionales por iniciativa del alcalde Manuel Sáenz Mérida, quien era acompañado del Dr. Ezequiel de León, los poetas Pío M. Ripiele, Osmundo Arriola y los escritores Lic. Filadelfo Fuentes, Jaime Sabartes, Br. Gregorio Aguilar y el Br. Ignacio Sáenz Ocaña. El nombre recibió la influencia de los Juegos Florales que tenían lugar en Europa.

Con la caída del presidente Cabrera, en 1920, los Juegos fueron suspendidos, pero se reiniciaron el siguiente año en el mes de septiembre durante la denominada Feria Centroamericana de Independencia. En estos años se registró el primer extranjero en ganar el evento, cuando en 1928 el salvadoreño Quino Caso resultó galardonado. Desde el año 1946, se celebran sin interrupción, y también la ocasión es aprovechada para coronar a la Reina de los Juegos. Los Juegos Florales alcanzaron un nivel hispanoamericano desde 1984 en la rama de poesía. Con el aumento del número de participantes de otros países, se establecieron formalmente como Juegos Florales Hispanoamericanos, desde 1999, en las ramas de: poesía, cuento y teatro. Por otra parte, quienes ganan los Juegos en tres ocasiones, se hacían acreedores de menciones honoríficas especiales: si es poeta recibía el grado de “Maestre del Gay Saber”, y obtenía además el “Collar del poeta rector”.

Hasta la edición número 73, del año 2010, los ganadores de cada certamen recibían 25 mil quetzales en cada rama; en poesía se adjudicaba el premio “La Monja de Oro”; en cuento, la “Palma de Oro” y en Teatro, la “Máscara de Oro”.

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