«Destellos de lucidez que nos encuentran en los lugares inesperados, recónditos e incómodos, donde la confesión de nuestra realidad individual se asoma por entre las pesadillas del encierro y de la rutina, como un asomo de la vida entre las rendijas del castillo espiritual de la muerte.

Exploramos el incesante rumiar de anhelos y realidades, y el desasosiego de la nostalgia y la melancolía, entre los frutos que se nos antojan dulces y sublimes. Un trajinar que busca confirmar si en efecto la vida está compuesta de pequeñas muertes, desde el encuentro íntimo dentro del encierro carcelario de la rutina, y su búsqueda exasperada en la renuncia de la comodidad. Mientras más pasa el tiempo, más pesado es el cuerpo o, quizá, más liviano».

La puesta en escena se inscribe en el objetivo de la CND de formar y potenciar públicos, espacios y fortalecer la danza contemporánea.

El acceso es gratuito y el aforo limitado con protocolos de bioseguridad.

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