Chamanes y Divinidades del Ecuador precolombino cautiva a los franceses

La llegada de la amplia exposición de piezas arqueológicas del período precolombino del Ecuador al Museo Quai Branly, especializado en temas de etnología y enclavado en el corazón de la capital francesa, ha cautivado al pueblo galo, según dio a conocer el Ministro de Cultura, Guillaume Long.

¿Por qué se escogió el Museo Quai Branly y no otro?

Es un museo de características físicas muy particulares, dice Long, integrado perfectamente con el entorno y la época, donde predominan las áreas verdes.

El Ministro Guillaume Long, destaca que este museo francés, a pesar de no ser un repositorio de larga data, su principal cualidad es que está especializado en temas de etnología, su fin es proveer el espacio donde se pueda estudiar y comparar los distintos pueblos y sus culturas, tanto del mundo antiguo como del contemporáneo.

Adicionalmente, el Museo se encuentra enclavado en el corazón de la capital francesa, muy cerca de la Torre Eiffel, zona muy frecuentada tanto por nacionales como extranjeros. Es un museo de características físicas muy particulares, integrado perfectamente con el entorno y la época, donde predominan las áreas verdes.

“Es un lugar cargado y habitado, en el que dialogan los espíritus ancestrales de los hombres, quienes descubriendo su condición humana, inventaban dioses y creencias”, sentencia la Carta de intención del Concurso Internacional de Arquitectura de 1999, presentado por el arquitecto Jean Nouvel. ¿Habrá algún lugar mejor para que estén nuestros Chamanes y nuestras Divinidades?

¿Qué se presenta en la muestra?

Cuatro culturas ancestrales que poblaron regiones de la costa ecuatoriana están presentes en la muestra, así como una de las más recientes investigaciones que han arrojado una información muy valiosa, la cultura Mayo Chinchipe Marañón en la Alta Amazonía, donde se han encontrado las evidencias más antiguas de chamanismo. La Exposición se desarrolla del 16 de febrero al 15 de mayo de 2016.

En primer lugar tomamos la cultura Chorrera que apareció unos mil años antes de Cristo. De esta más tarde se derivarían las culturas de Bahía, Jama-Coaque y La Tolita, que ocuparon el territorio aproximado de las actuales provincias de Manabí y Esmeraldas y se desarrollaron entre los 500 aC y 500 dC. Veamos algunas de las piezas significativas de cada una de estas culturas.

De la cultura Chorrera, la exposición presenta al “Personaje en Meditación Mística”, pieza de cerámica representación del Chamán, personaje que antes de las ceremonias meditaba, accediendo a nuevos estados de conciencia mediante el uso de plantas sagradas, que le permitían comunicarse con los espíritus en busca de respuestas para diagnosticar y curar enfermedades o favorecer la llegada de las lluvias. El acceso al conocimiento de otra dimensión de la realidad, en ese estado de trance, lo lograba recorriendo a través de la meditación los diferentes niveles del espacio cósmico.

La cultura Bahía está representada por una “Gran Copa con soporte en forma de felino”, también una pieza de cerámica. En las festividades, las libaciones rituales se realizaban en envases especiales, decorados con representaciones de plantas o animales, símbolos que representaban a los ancestros o a los espíritus de la naturaleza. La chicha, una bebida fermentada, también contentiva de alucinógenos y líquidos purgativos para purificar el cuerpo, se servía en este tipo de piezas.

La cultura Jama-Coaque se desarrolla entre los 350 aC y los 400 dC. En el Museo Quai Branly está una figura de cerámica identificada como “Personaje con tocado de conchas marinas”. Esta es una de las características que anuncian rango y autoridad: los Chamanes vestían con diversos ornamentos, collares, tocados, brazaletes y toda clase de adornos, como las conchas de esta figura, cuyo propósito era también la emisión de sonidos asociables con la caída de la lluvia. Eran imprescindibles en los rituales donde se invocaba a los dioses de la lluvia, amos de las plantas comestibles.

La cuarta cultura presente en la muestra precolombina ecuatoriana es La Tolita. La figura “Máscara antropomorfa”, ubicada entre los 400 aC y los 400 dC, confeccionada en oro, forma parte del ritual en la que el Chamán, al ejercer su poder sagrado se apropia de los poderes atribuidos a los animales sagrados. Eso le permite transformarse en jaguar, serpiente, o águila harpía, características de las tres divinidades principales, que simbolizan al hombre iniciado que domina sus cualidades intrínsecas. Así el Chamán se convierte en mediador entre el pueblo y los seres místicos que le confieren su fuerza espiritual.

“Masticador de coca” es el nombre de la figura de cerámica perteneciente a la cultura Mayo Chinchipe Marañón. El nombre de esta cultura lo toma del territorio de la Alta Amazonia donde prosperó: los ríos Mayo, Chinchipe y Marañón. Se desarrolló entre los años 2000 aC y 300 aC, ocupando el territorio que actualmente se identifica como Zamora-Chinchipe, y se ubicó principalmente en las cabeceras del río Mayo-Chinchipe. Algunos de los objetos encontrados sugiere que sus habitantes tenían interacción con las regiones ecuatorianas de la Costa, Sierra y Amazonia Occidental. Uno de los descubrimientos contradice la teoría que el cacao provenía de la actual región de Centro América, pues en las excavaciones se encontraron vestigios de su uso en esa época temprana.

El Chamán es la figura emblemática en todo este sistema de creencias, se considera que posee poderes sobrenaturales y por ello es garante de las tradiciones y del saber sagrado. Son elegidos para este rol desde la infancia, y en su búsqueda por alcanzar la interconexión con los diferentes niveles del espacio cósmico, observa, estudia y presta atención principalmente a los ciclos de la naturaleza y de la vida humana. En ello principalmente se concentra su capacidad para interpretar la naturaleza que le rodea y la ascendencia que tiene sobre sus semejantes.

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