Día Internacional de la Mujer
En el año 2021 lanzamos desde AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas) la campaña #NoMoreMatildas. El 8 de marzo de aquel año recordamos, junto a cientos de miles de personas que siguieron la campaña, las dificultades que han tenido las mujeres a lo largo de la historia para que se reconozca su trabajo científico.
En la mayoría de los países, las mujeres tuvieron prohibido estudiar en la universidad o recibir un título universitario hasta bien entrado el siglo XX. Durante cientos de años, la inmensa mayoría de las niñas y las jóvenes no pudieron seguir estudios reglados lo que les impedía ejercer las profesiones más relevantes.
Con la campaña #NoMoreMatildas quisimos recordar a todas aquellas que, a pesar de las enormes dificultades a las que se enfrentaron, hicieron aportaciones significativas en todos los campos del saber. Esas mismas que, sin embargo, habían sido borradas de los libros de texto y, por lo tanto, de la memoria colectiva. Todas ellas, se merecen un sitio en la historia, se merecen un lugar en los libros de texto y un espacio en nuestra memoria.
Aún siguen existiendo auténticos infiernos y uno de esos lugares de terror es Afganistán que, desde que los talibanes volvieron al poder, es el país más peligroso del mundo para las mujeres
Campaña de AMIT por los derechos de las niñas y mujeres afganas a la educación y a ejercer su profesión. / AMIT
Privadas del derecho a la educación
En marzo de 2022, los talibanes anunciaron el cierre de las escuelas de secundaria para las niñas lo que, según Naciones Unidas, priva a 3,5 millones de chicas adolescentes del derecho a la educación. Unos meses después, en diciembre, lo que se prohibió a las jóvenes y mujeres afganas fue ir a la universidad. Unos meses antes, se les habían prohibido algunas carreras: ingeniería civil, veterinaria, ingeniería agrícola o geología. Miles de empleadas públicas, entre ellas investigadoras, fueron despedidas en abril de 2022.
Ofrecemos nuestra voz a las científicas, a las niñas y a las jóvenes afganas para que, primero, sepan que no las olvidamos y, segundo, tengan la esperanza de que su situación puede cambiar
Nosotras no hemos avanzado a hombros de gigantes, hemos avanzado subidas a los hombros de otras mujeres que, como nosotras, no se callaron, que no olvidaron y que no permitieron que nadie las convenciera de que ellas valían menos. Por eso, ofrecemos nuestra voz a las científicas, a las niñas y a las jóvenes afganas para que, primero, sepan que no las olvidamos y, segundo, tengan la esperanza de que su situación puede cambiar.
Como sociedad no podemos permitir que el número de excluidas siga aumentando. No podemos aceptar que en pleno siglo XXI se condene a convertirse en ‘matildas’ a las mujeres, las jóvenes y las niñas afganas.
María Teresa Paramio Nieto, catedrática de la Universitat Autònoma de Barcelona y presidenta de AMIT y Victoria Toro, periodista de ciencia y directora de Comunicación de AMIT.