Por: Fernando Naranjo Villacís
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Olguita Gutiérrez, la argentina que amó y cantó nuestra música como pocos… se fue muy triste.
Olga Gutiérrez, la admirada cantante. La mujer de energía extraordinaria y de pensamiento lúcido. Su estricta y depurada formación artística, con maestros extraordinarios, allá…en su Buenos Aires querida, hizo que perdure intacta la técnica vocal y la expresión sonora de su voz que logró un brillo especial, a tal punto que, su sola conversación, se convertía en un deleite musical.
María Olga Mafalda Iraolagoitía Gutierrez, nació hace 86 años en Quimilí, un pueblito de Santiago del Estero. Llegó a nuestro país en 1962, contratada para un evento especial. Acostumbrada a cantar con gran acompañamiento orquestal, aquí tiene la experiencia de hacerlo solo con guitarras. Al conocer nuestros pasillos, se sintió conmovida por la poesía, la ternura y el mensaje de sus letras, lo que la cautivó en el momento de cantarlos, desde entonces y para siempre.
PRESENCIA DESTACADA
Olga con Homero Hidrovo, Héctor Jaramillo y Eduardo Erazo, formaron Los cuatro brillantes. Fueron a México y emocionaron al público. Allí participaron en la filmación de varias películas, grabaron para el famoso sello Musart y fueron solicitados para actuar en los mejores escenarios. La belleza de Olga, su dominio escénico, el ensamble magnífico con las voces de sus compañeros, les dieron un espacio preferente. Fueron un complemento exitoso con los recordados artistas, Julio Jaramillo y Paco Miller, con quienes dieron presencia destacada a Ecuador, en el hermano país azteca.
En Hollywood recibieron la palma de oro, máximo galardón destinado solo a primerísimas figuras del arte musical. En Panamá, Venezuela, Perú, Colombia, destacaron por su calidad interpretativa. Luego de los Cuatro Brillantes, se presentaron como El Trío Los Brillantes con Homero Hidrovo y Héctor Jaramillo. Posteriormente, Olga se relaciona sentimentalmente con Kiko González, y forman el dúo Olga y Kiko y fueron contratados por la cadena de hoteles Hilton en Europa. Finalmente, se separan, musicalmente y Olga continúa como solista. Nacionalizada ecuatoriana desde el 2000.
Estos últimos años, luego del disfrute de sus éxitos, rodeada y aclamada por la emoción y el amor que irradiaba desde los escenarios, Olga se queda “sola con su soledad”. En cada una de sus presentaciones dejaba el recuerdo de su elegancia, siempre bella, peinada, maquillada y vestida con distinción. Su presencia fulgurante, iluminaba el ambiente y, con su voz de matices perfectos, creaba la atmósfera propicia para el disfrute total de quienes la escuchaban.
El gran espíritu de solidaridad la llevaba a estar siempre presente en los actos de beneficencia, como parte de su acción humanitaria para los más necesitados. Varias instituciones estatales, medios de comunicación, instituciones sociales, contaron siempre con la aplaudida actuación de Olguita Gutiérrez.
Lamentablemente, ese apoyo como Embajadora de la Música Ecuatoriana, reconocimiento que le fuera otorgado en el 2005 por el Congreso Nacional, no lo recibió, como era de esperarse, en los momentos de dura prueba. Lo ideal hubiera sido, que junto a tan justo nombramiento, le haya sido conferida una pensión vitalicia que le habría permitido cubrir los altos costos de atención médica.
SENTIDO AGRADECIMIENTO
Cuando hablé con Kiko, extenuado y sollozando, me dijo que no tenía fuerzas para nada. “He palpado la angustia de la agonía y la tristeza de agotar, hasta el último de los pocos ahorros, para cumplir con los trámites funerarios, pues, sin ninguna consideración para Olga, el seguro no asumió, la cobertura para la cremación, como fue su deseo final para que sus cenizas sean esparcidas en el cantón Sigsig, prov. del Azuay. No quiso velatorio, pues todo eso lo consideraba pura hipocresía, en su mayoría, son falsos los sentimientos de pesar. En cualquier lugar del mundo, a una como Olga se la considera, respetuosamente, como parte vital de la cultura popular….se fue muy triste”.
ACUÉRDATE DE MÍ
En varias oportunidades la entrevisté en mis programas de radio. Una de sus canciones preferidas era “Acuérdate de mí”. Y tarareaba: “Acuérdate de mí, en tus horas sombrías, en tus horas de dicha… acuérdate de mí… Mi nombre será el bálsamo en tu melancolía. Mi voz será el mensaje de lo que pienso en ti… Por lejos que te encuentres llévame en tu memoria. Haz cuenta que mi sombra camina junto a ti. Yo seguiré tus pasos, así calladamente, por doquiera que vayas acuérdate de mí. Por doquiera que vayas ACUÉRDATE DE MÍ…”.
Olga decidió quedarse a vivir en Ecuador para cantar a la gente noble y sencilla como son nuestros indígenas. ¿Quién no ha escuchado el sentido, Taita Salasaca?.. y un sinnúmero de hermosos pasillos, pasacalles, boleros y baladas, que marcaron una época de esplendor en el mundo musical de nuestro país.
Olguita querida, duerme tranquila. ¡¡Descansa en paz…!!
ECUADOR ESTÁ EN DEUDA CON OLGA GUTIÉRREZ
El cine, la televisión, la radio, todos los escenarios les fueron propicios para demostrar su calidad artística con la que dio presencia destacada a nuestro país. Al pasillo lo vistió de gala con su prodigiosa voz, llena de ricos matices y su figura siempre distinguida para complementar sus bellas expresiones interpretativas.
ÉPOCA DE ORO DE LA MÚSICA ECUATORIANA.
Homero Hidrovo, Olga y Héctor Jaramillo, integraron el inolvidable Trío Los Brillantes.
NOBLEZA DE KIKO
