Tríptico Quiteño es una ópera nacionalista del compositor ecuatoriano Marcelo Beltrán, que se basa en tres leyendas tradicionales de Quito: El Gallito de la Catedral, San Antonio de Cabeza y Cantuña. Bajo la dirección escénica de María Elena Mexia, esta producción busca presentar estas leyendas desde una perspectiva futurista y poco convencional. Participarán en la ópera los solistas de la Escuela Lírica, el Coro Mixto Ciudad de Quito, parte del Coro Juvenil y un ensamble de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, junto con un grupo de cuerdas que conformarán la Orquesta Sinfónica Metropolitana. La dirección musical estará a cargo de Jorge Oviedo.
El compositor reconoce la importancia de los mitos y leyendas como parte integral de la identidad cultural de los pueblos. En este caso, las tres leyendas propuestas son fundamentales en la cultura quiteña. Para cada una de ellas se ha compuesto una ópera corta con libreto y música, que combina elementos sonoros propios de la música ecuatoriana con conceptos sinfónicos y vocales propios del género operístico. Se busca lograr un lenguaje comprensible para todo el público sin renunciar a su carácter dramático.
Ficha artística:
Compositor: Marcelo Beltrán Flores
Dirección musical: Jorge Oviedo
Dirección escénica: María Elena Mexia
Dirección coral: César Espinoza
Escenografía y diseño de luces: María Elena Mexia
Diseño de Vestuario: Karina Dávila
Maquillaje y peluquería: Andrea Calva
Solistas: Escuela Lírica, Coro Mixto Ciudad de Quito e invitadas.
Agrupaciones: Coro Mixto Ciudad de Quito, integrantes del Coro Juvenil, y Orquesta Sinfónica Metropolitana conformada por integrantes de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito y cuerdas invitadas.
«Si pudiera explicar con palabras la emoción y la alegría que este trabajo mío me regala, cuando puedo ser parte de la producción de un estreno absoluto de una ópera ecuatoriana. Las imágenes no me alcanzan para mostrarles todo el esfuerzo y trabajo que se realiza en backstage: productores, comunicadores, técnicos de sonido, iluminación, tramoya, administrativos; y, por supuesto, los protagonistas, los visibles, más de 90 artistas en escena. El círculo se completa cuando vemos el teatro lleno, cuando vemos público apostando por una producción nacional, por un compositor ecuatoriano, por artistas ecuatorianos», anota Tatiana Carrillo.