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GABO: “El periodismo es una pasión insaciable”

«Pues el periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a morir por eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, y no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente”.

Así se expresó Gabriel García Márquez, en su ensayo denominado: “Periodismo: El mejor oficio del mundo”, dado a conocer en Los Ángeles, Estados Unidos, un 7 de octubre de 1996, cuando ya era famoso y había ganado el Premio Nobel de Literatura.

Pero García Márquez era más que el escritor colombiano que ganó un Nobel de Literatura en 1982. Cuando recibió el mayor galardón al que un novelista aspira, ya era «un enorme y cálido periodista».

En 1947, entró a estudiar Derecho y Ciencias Políticas, en la Universidad Nacional, carrera que continuó en Cartagena, por el cierre del plantel educativo capitalino, luego de los sucesos del 9 de abril. En «la Heroica» también hizo sus primeros coqueteos con el periodismo, en el diario El Universal, profesión que se convirtió en otro de sus amores.

Iniciado en la narración en el oficio del periodismo, se le conocía por sus trabajos como la historia en entregas del sobreviviente de un naufragio que más adelante se publicó en Relato de un náufrago, historia que por cuestiones estéticas decidió escribir en primera persona, como años después hiciera con La historia de Miguel Littín clandestino en Chile, sobre el cineasta exiliado que volvió a su país para hacer a escondidas un documental sobre Pinochet en la década de los 80.

José Miguel Cabrera Kozisek, destaca que sus crónicas sobre el náufrago le valieron ser enviado como corresponsal a París en 1955, cuando aún era un delgado periodista que tenía las cejas de Groucho Marx. Años después, con el triunfo de la Revolución Cubana, García Márquez fue a visitar a Fidel Castro y conoció al Che Guevara, y ahí se quedó para formar parte de la agencia noticiosa oficial Prensa Latina.

Creador de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), García Márquez destacaba en el género de la crónica, que permite al reportero contar las historias con una mirada. Hoy, la FNPI, con sede en Cartagena de Indias (Colombia), es la escuela por la que pasan los llamados “nuevos cronistas de indias”.

Gabriel García Márquez ha muerto un Jueves Santo – como Úrsula Iguarán, personaje de una de sus novelas. Pero quedan altos su obra y el recuerdo de su vida. Este 17 de abril de 2014 la noticia de la muerte del autor de Cien años de soledad conmovió al mundo entero.

Como periodistas dejamos caer una ofrenda en recuerdo del hombre que supo darnos un digno ejemplo de la responsabilidad del periodismo y del escritor ante el porvenir.

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