Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
La palabra “metáfora” se deriva de la palabra antigua griega «metaferein» que significa «llevar a cabo» o «transferir». Una metáfora “lleva” el significado de un concepto a otro haciendo saber o implicando que uno «es» el otro (mientas que un símil compara las dos cosas diciendo que una es “parecida” o “como” la otra). Para saber qué buscar, podríamos observar algunos ejemplos.
La última línea de El Gran Gatsby contiene una metáfora muy famosa: “Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente incesantemente arrastrados hacia el pasado”.
El poeta Khalil Gibran usó muchas metáforas en su poesía, incluyendo esta: “Todas nuestras palabras no son sino migajas que caen del banquete del intelecto”.
La novela cyberpunk de William Gibson Neuromante abre con la línea: “El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto”.
El poema “Corte” de Sylvia Plath usa la metáfora para trasmitir una experiencia dolorosa en un tono curioso:
/“Qué espeluzne, / mi pulgar en vez de la cebolla. / La punta se ha volado/ si no fuera por una como bisagra/de piel…./ Una celebración, eso es. Brota un millón de soldados de una brecha oportuna, / casacas rojas, todos a una”/.
Si bien las metáforas en la poesía son necesarias si se puede prescindir de ellas, generando una nueva forma de poesía. Hay poetas que escriben sin metáforas, pero, a decir verdad, es otra poesía. Como lo que sucede con los poemas y antipoemas, son una contradicción, aunque la antipoesía es una vertiente de la poesía.
Tomás Segovia, un poeta sin metáforas. Canciones sin su música: /Porque te voy a ver tal vez mañana/y porque aún palpita aunque dolido el tiempo/por un instante pacto con mi historia/puedo al fin dar tu rostro a este abandono/ poner mi nombre a aquél que desangraste/ llamar mi vida a este naufragio/ saber que fue todo verdad tu amor/ y fue tu desamor verdad del todo/.
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