
Esta jornada contará con la participación de Pablo Espinoza (cuentacuentos), Alma Meng (escenografía y objetos) y María Ochoa Argüello (dirección escénica), quienes son los mediadores entre la música sinfónica y el mejor de los públicos, el infantil y juvenil caracterizado por el desborde de energía, preguntas, curiosidad y dinamismo.
La Orquesta Sinfónica de Cuenca, como parte de su compromiso con la sociedad, lleva a cabo los conciertos didácticos destinados a niños y jóvenes escolarizados en diferentes niveles educativos, con el objetivo de acercar a la juventud a la música sinfónica en vivo, desarrollando su sensibilidad musical y su juicio crítico.
Entre los beneficios de una buena educación musical, Cecilia Ureña destaca que “la música hace que las personas seamos más sensibles, receptivas y empáticas; contribuye a que los niños puedan desarrollar muchas facetas de su personalidad y nos ayuda a transmitir sentimientos que igual no los podemos decir con palabras. Y eso, para los niños, es imprescindible, porque les entrega unas herramientas que luego les servirán en su vida adulta, para enfrentarse a los problemas y vivir la vida de otra manera”.
Las obras seleccionadas, los contenidos musicales trabajados, las intervenciones del cuentacuentos, el guion y la actitud de todos los músicos están pensados para el público al que se dirigen. Durante el concierto didáctico, se desarrollan aspectos como la observación al director, la escucha de los instrumentos solos, luego el ensamble grupal y la concentración. Este encuentro de los estudiantes con la orquesta, resulta muy enriquecedor.
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