Orquesta Sinfónica de Cuenca presenta Valses famosos

La Orquesta Sinfónica de Cuenca (OSC) bajo la batuta del maestro Augusto Carrión Rodas, director titular, presenta el concierto presencial: “Valses famosos”, este  viernes 22 de octubre a las 20:00  h, en el Teatro Casa de la Cultura ubicado en la calle Luis Cordero entre Sucre y Presidente Córdova.Se interpretará una selección de valses como el Danubio Azul op. 314,  Vals del Emperador op. 437, Voces de primavera op. 410, Vals de las Flores del ballet Cascanueces, Sobre las olas, de grandes compositores como Johann Strauss Hijo, Piotr Ilich Tchaikovsky, Juventino Rosas y Dmitri Shostakóvich.

La entrada es libre en aforo permitido por el COE cantonal (75%) y cumpliendo todas las medidas de bioseguridad.

Johann Strauss (1825-1899) compositor austriaco, hijo de Johann Strauss y hermano de Josef y Eduard, compositores también, aunque no alcanzaron la fama de Johann al que se le conocía en Viena como el «Rey del Vals», debiéndose en gran parte a sus composiciones; la popularidad de la que gozó este género musical en la Viena del siglo XIX. Aunque su padre no deseaba que su hijo se dedicara a la música, estudió secretamente violín. Cuando su padre abandonó a la familia, Johann de 17 años,  se dedicó a su carrera como compositor. A los 19 años realizó su primera aparición en público dirigiendo su propia orquesta. A la muerte de su padre unió su grupo a la orquesta que su padre había lanzado a la fama. En sus giras por Europa y Estados Unidos interpretó composiciones propias y en especial valses. Entre los más famosos se encuentran «El Danubio azul» (1867), «Cuentos de los bosques de Viena» (1868), «Rosas del sur» (1878) y «Voces de primavera» (1881). Entre 1871 y 1897 compuso 16 operetas para los teatros de Viena, entre las que destacan «Die Fledermaus (El murciélago, 1874)» y «Der Zigeunerbaron (El barón gitano, 1885)».

El 15 de octubre de 1844, interpretó en el Casino Dommayer de Hietzing con orquesta y composiciones propias. El público del local, que estaba lleno, se entusiasmó rápidamente con Johann Strauss junior, pedían escuchar siempre una canción más. Hasta diecinueve veces tuvo que repetir algunas piezas. El debut del joven Strauss fue un éxito arrollador y la prensa escribió: “¡Buenas noches, Lanner! ¡Buenas noches Strauss padre! ¡Buenos días, Strauss hijo!»

El nuevo baile y sus fascinantes melodías conquistaron el mundo entero. Gracias a sus numerosos viajes y contratos, Johann Strauss y sus hermanos popularizaron el vals en todo el planeta, más allá de las fronteras de Europa.

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