En el Ecuador, el sitio de mayor representatividad Inca-Cañari, en términos arqueológicos, es el Complejo Arqueológico de Ingapirca, lugar destinado a la celebración cultural de la Fiesta del Sol, del 17 al 19 de junio, cuando se expondrán diferentes manifestaciones culturales de música y danza. Además, se contempla varias actividades como: elección y proclamación de la Ñusta 2016, desfile cultural del tejido y vestimenta Cañari, feria gastronómica tradicional, exposiciones, artesanías, entre otras.
Para esta celebración se integrarán diversas instituciones y comunidades como: el Ministerio de Cultura y Patrimonio, el Ministerio de Turismo, el INPC – CAI, el Gobierno Provincial del Cañar, el Gobierno Municipal del cantón Cañar, la Universidad Nacional de Educación UNAE, la Parroquia Ingapirca y sus comunidades, entre otras.
Cada junio la fiesta del Inti Raymi o Fiesta del Sol, manifestación de la memoria identitaria andina, se celebra durante y después del solsticio de verano. Considerada como la fiesta de mayor importancia para la cultura Inca el Inti Raymi está cargado de simbolismos ancestrales, con componentes de orden filosófico, religioso, político, económico y astronómico.
Inti Raymi es el nombre dado por los Incas al solsticio de junio cuando formamos parte del Tawantinsuyo, hace 600 años. Hace cinco siglos los españoles impusieron a estas celebraciones solares las fiestas del santoral católico: Corpus Christi, San Juan, San Pedro y San Pablo. Los más conocidos son la fiesta de Corpus en la sierra central en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Pichincha; San Pedro y San Pablo en las comunidades de Imbabura y nororientales de Pichincha. Hoy el nombre de estas celebraciones se ha recuperado como el Inti Raymi.
Los antiguos pueblos andinos dividieron al año en doce meses lunares, en cuatro períodos comprendidos entre los solsticios y equinoccios, íntimamente ligados al ciclo agrícola y, por lo tanto, a las celebraciones festivas de los pueblos de nuestro territorio. El solsticio del 21 junio, cuando el punchao, inti o sol muestra un comportamiento especial que influye directamente en nuestro planeta, principalmente para los ciclos agrícolas llega el día grande o la fiesta más importante en gratitud a la abundancia de las cosechas (de granos secos), llega el verano, tiempo de agradecer a los dioses tutelares y a la Madre Tierra por los productos obtenidos.
Actualmente, las festividades populares e indígenas se celebran como parte del calendario religioso católico, sincretizadas con las ritualidades festivas andinas en marzo, junio, septiembre y diciembre, relacionados directamente con el comportamiento del sol y su influencia en la tierra, llamados solsticios y equinoccios.
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