El 18 de diciembre de 2015, con motivo de celebrarse El Día Mundial de la Lengua Árabe dedicado a la ciencia y al comunicación científica, la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, destacó que esta jornada constituye una oportunidad para poner de relieve la función histórica de la lengua árabe en la investigación y la difusión del conocimiento, así como la importancia actual del plurilingüismo para los investigadores.
La ciencia, dijo Bokova, es un pilar de la cultura árabe desde su origen. Este afán científico se expresa en los textos antiguos a través de una curiosidad por conocer el mundo, primero mediante la alquimia, la astrología o el hermetismo, y se desarrolla posteriormente en la ciencia moderna. El árabe se asentó ya desde la Edad Media como una lengua científica internacional como ninguna otra había logrado antes. La lengua árabe contribuyó a la preservación y la transmisión de los saberes de la antigüedad hasta nuestros días, y los autores de lengua árabe, como Ibn Sina (Avicena) o Ibn Rushd (Averroes), pasaron a la posteridad y fueron traducidos en el mundo entero.
La Directora General de la UNESCO subrayó que el gran sabio Ibn al-Haytham (Alhacén) es sin duda una de las figuras más brillantes de la tradición científica de lengua árabe. En 2015, Año Internacional de la Luz, rendimos homenaje a este erudito del siglo X, originario de Basora (Iraq), que sentó las bases de la ciencia óptica. El profesor Ahmed Zewail, premio Nobel de Química y expresidente del jurado del Premio L’ORÉAL-UNESCO “La Mujer y la Ciencia”, o la profesora Hayat Sindhi, Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, representan hoy la excelencia científica de lengua árabe, puntualizó Bokova.
Agregó que la ciencia es más fuerte y más bella cuando es abierta y cuando se nutre de la diversidad de los talentos, de la multiplicidad de perspectivas que hacen avanzar la investigación. El plurilingüismo no es solamente un valor central profundamente importante para la UNESCO, sino también una garantía de eficacia y la forma más segura de difundir el saber, compartir entre todos los beneficios de la investigación, suscitar vocaciones y aumentar el número de científicos que hacen progresar nuestros conocimientos,expresó.
Con este espíritu, concluyó, la UNESCO se compromete con la formación y la educación científica para todos, también en lengua árabe, en particular para los más jóvenes. “Insto a todos nuestros asociados a redoblar esfuerzos para elaborar manuales, contenidos pedagógicos y programas de alfabetización que son indispensables para el surgimiento y el desarrollo de una nueva generación de científicos y científicas de lengua árabe en pro del bien común de la humanidad”.
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