La Universidad de Naciones Unidas (UNU) y la UNESCO celebraron el 6 de mayo en París, en la Sede de la Organización, un coloquio titulado “Movilización por el patrimonio: Iraq, Siria y otros países en conflicto”, que reunió a intelectuales, arqueólogos, historiadores y escritores para buscar maneras de oponerse a la oleada de destrucción del patrimonio mundial que azota a Iraq, Siria y otros países en conflicto.
“Nunca en el curso de la historia reciente hemos conocido una destrucción deliberada tan brutal y tan sistemática de la diversidad cultural y del patrimonio de la humanidad”, dijo en su discurso inaugural la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.
Añadió: “Atacando a Mesopotamia, que nos dio la escritura, la rueda, el derecho, se está asesinando a la cuna de la civilización, se está atacando a nuestra humanidad común. Las excavaciones ilícitas alimentan el tráfico de objetos culturales que financia el terrorismo y despoja a los pueblos de su historia. Esta destrucción […] se inscribe en una estrategia global de limpieza cultural, […] acentúa la desintegración de las sociedades y se expande como una peste en otros países, en Mali, en Libia, en Yemen”.
Dijo que “Debemos responder a los artífices del odio que desvían la historia y las religiones para hacer escuchar otro mensaje –decir que el patrimonio no son solo piedras y edificios, sino valores e identidades”.
Por su parte, el ex Secretario General de Naciones Unidas, Butros Butros-Ghali, denunció las graves destrucciones recientes perpetradas por Daesh en Iraq contra el museo de Mosul, la ciudad histórica de Nimrud y el sitio del Patrimonio Mundial de Hatra. “Los extremistas quieren erradicar todo lo que no coincide con su visión religiosa. Estos ataques alimentan el extremismo y la violencia, puesto que quienes atacan saben que destruir la cultura es destruir la paz”, denunció el ex Secretario General, que llamó a “la movilización del conjunto de las fuerzas que se oponen a estas destrucciones”, puesto que “es en el ámbito de la cultura donde se expresa nuestro destino común”.
El escritor francés Daniel Rondeau, representante de la Universidad de las Naciones Unidas en la UNESCO y ex embajador de Francia en la Organización, denunció la política de “tierra quemada” que aplican los fundamentalistas, condenó la limpieza cultural, el saqueo y el pillaje y señaló: “La UNESCO nos ofrece un espacio único para el debate de ideas frente a la situación global de destrucción y odio. Hemos de utilizar ese espacio”.
El embajador Rondeau actuó además como moderador del encuentro, en el que participaron también Béatrice André-Salvini, ex directora del departamento de Antigüedades Orientales del Museo del Louvre, el fraile dominicano Najeeb Michael, del centro digital de manuscritos orientales de Mosul (Iraq), Hélène Carrère d’Encausse, historiadora y secretaria perpetua de la Academia francesa, Leila Sebai, arqueóloga y ex directora del Instituto Nacional del Patrimonio de Túnez, Bruno Favel presidente del Comité Rector de Cultura, Patrimonio y Paisaje del Consejo de Europa, Abed Azrie, autor y compositor, así como los escritores Vénus Khoury-Ghata y Nedim Gürsel.